Gert Lundmark,
un ciudadano de Vasteras (Suecia), se ha arrepentido de haber ayudado a la policía a detener a un ladrón que había roto la vidriera de una tienda. En lugar de recibir una recompensa, Lundmark deberá pagar 581 coronas (unas 11.700 pesetas). Este ciudadano vio desde el taxi en que viajaba que un hombre rompía la vidriera, y avisó a la policía, que detuvo al delincuente en el lugar del delito. Pese a la evidencia del caso, Lundmark fue citado como testigo por el tribunal. Pero anotó mal la fecha en que debía comparecer al juicio y éste debió suspenderse por su ausencia. En consecuencia, el tribunal le condenó a pagar 500 coronas por su inasistencia, más 81 por los gastos de la suspensión. Lundmark dijo que no piensa nunca más denunciar delito alguno a la policía.
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