La policía cree que el 'comando Oker' pretendía atentar contra el ministro del Interior

El comando Oker de ETA Militar, desarticulado el pasado fin de semana en Guipúzcoa, se proponía atentar contra el ministro del Interior, José Barrionuevo, y contra otras autoridades aprovechando los desplazamientos que el titular del departamento realiza a San Sebastián para presidir funerales por los miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado víctimas del terrorismo. Este dato fue dado a conocer ayer en una nota de prensa facilitada por el Gobierno Civil de Guipúzcoa.Los temores de que se produjera un atentado contra el ministro del Interior han sido expuestos, en privado, por dirigentes políticos y mandos policiales a la vista de la regularidad de los movimientos que efectúa José Barrionuevo en sus frecuentes visitas a Euskadi. Efectivamente, el titular del Ministerio del Interior acostumbra a visitar el punto exacto del atentado tras asistir, habitualmente en la iglesia de la Sagrada Familia de San Sebastián, al funeral por la última víctima del terrorismo.

Sólo el dispositivo de seguridad personal del ministro impide a ETA Militar situar un coche bomba en el trayecto del ministro. La policía atribuye al comando legal (que no está fichado) de ETA Militar desarticulado la realización de 31 acciones terroristas, y entre ellas los asesinatos de Ángel Manuel Facal Soto, del policía nacional Máximo Antonio García Kleinler y del ciudadano francés supuestamente vinculado a la ultraderecha francesa y a los GAL Joseph Couchot. Igualmente, se acusa al comando del incendio e la empresa Koipe, que arrojó pérdidas evaluadas en unos 1.000 millones de pesetas.

Dos de los presuntos integrantes del comando, José Ángel Aguirre Aguirre, presunto responsable del grupo, y Ramón Zapirain Tellechea, que cumplía el servicio militar en Ceuta, se encuentran detenidos e incomunicados al igual que otras siete personas más, acusadas de pertenecer al aparato de infraestructura de ETA Militar. La relación de los presuntos colaboradores está compuesta por Jon Gorka López de Alda, José Fernando Calvarro Herrera, María Teresa Trulla Bardají, María Luz Bella Bringas, María Eva Cuestra Trulla, Juan María Barcia Iribarren y Francisco Pablo García Rivera. Según la policía, los otros dos integrantes del comando, Arturo Cubillas Fontán e Irene Idoia López Riaño, han logrado burlar la acción policial.

La operación que ha concluido con la desarticulación de este comando se inició en Rentería a raíz de un robo a mano armada perpetrado recientemente en la caja postal de esa localidad. Los autores utilizaron en la acción el vehículo del propio José Ángel Aguirre Aguirre, poniendo a la policía bajo la pista del comando. La pobreza del botín, 151.810 pesetas, sugiere, por otra parte, la posibilidad de que los comandos de ETA se encuentren en serias dificultades económicas. Eso explicaría el riesgo asumido por el grupo al llevar a cabo una acción de tan escasa rentabilidad. La policía se ha incautado en un piso franco descubierto en el barrio donostiarra de Trintxerte, en un zulo (escondite, depósito) situado en un monte próximo a Hernani y en el vehículo propiedad del responsable del comando, entre otras cosas, de cuatro pistolas Brownig, dos fusiles de asalto Cetme, dos subfusiles Mat, cuatro granadas de mano fabricadas por ETA y cuatro granadas anticarro de fabricación belga.

Entre la documentación intervenida al comando figura información detallada sobre futuros atentados a miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado y a personas civiles, además de una manual para la confección de explosivos.