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Un sector de los refugiados vascos condena con dureza la vuelta de 'Yoyes', que mantiene un absoluto mutismo

El mutismo que guardaba ayer la familia de María Dolores González, Yoyes, ex dirigente de ETA Militar, en relación con su regreso a casa, en Guipúzcoa, tras 12 años de exilio, se correspondía con la enérgica condena que ha suscitado en círculos de refugiados vascos la reinserción de una de las más cualificadas dirigentes de ETA. El nombre de la ex activista, que no tenía ningún delito de sangre pendiente con la justicia, no figuraba en las listas que los Gobiernos central y vasco estudiaban para agilizar el regreso de algunos exiliados. En este sentido, el delegado del Gobierno en el País Vasco, Ramón Jáuregui, declaró a EL PAIS que "los intermediarios que han conseguido la vuelta de Yoyes son amigos suyos que ni siquiera guardan relación con el mundo abertzale".

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Una mujer fuerte y responsable

La rápida y dura reacción que el regreso de María Dolores González al País Vasco ha provocado en los círculos de refugiados vascos en Francia revela la preocupación existente en esos medios frente a la posibilidad de que un considerable número de ex activistas, incluso aquellos que en un principio se mostraron más críticos, se acojan a las medidas de reinserción social.En un comunicado firmado por la autodenominada Comunidad de Refugiados Políticos Vascos, se critica la "actitud de arrepentimiento" de María Dolores González, ya que, en su opinión, esta mujer ha acudido "a la bajeza de buscar una salida personal ignorando de modo insolidario la globalidad de la situación en la que nos vemos inmersos el conjunto de refugiados". Los autores del texto no escatiman esfuerzos a la hora de calificar la reinserción de Yoyes como una actitud de "claudicación liquidacionista".

La insistencia del comunicado en que las facilidades dadas por el Ministerio del Interior no lograrán derrumbar la moral de ETA podría explicar la preocupación existente en los círculos de refugiados vascos. "Ni el incremento e insistencia de la campaña de intoxicación y presión lanzada por el Gobierno central y corroborada por el Gobierno vascongado", señalan, "van a minar la moral y cohesión de un colectivo que se ha forjado en una piña". Asimismo insisten en la necesidad de resolver la actual situación política vasca por medio de la negociación política, aunque sin citar, acaso por primera vez, la plataforma KAS como el punto de referencia imprescindible para llevar a cabo el mencionado diálogo.

Mutismo familiar

Mientras en la residencia familiar de María Dolores González se guardaba el más absoluto hermetismo, algunas personas pertenecientes al mundo abertzale que habían mantenido en años anteriores relaciones políticas con la ex dirigente de ETA no daban crédito a la noticia.Aunque la fecha facilitada por el Ministerio del Interior para notificar la vuelta de Yoyes al País Vasco data del 11 del presente mes, lo cierto es que en círculos allegados a la ex activista residentes en Ordicia reconocieron a este periódico que "a Yoyes se la ha visto en alguna ocasión por el pueblo hace ya algún tiempo".

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Desde que María Dolores González abandonó Francia, en 1979, para instalarse en México, ha sido relacionada con la organización armada en numerosas ocasiones, aunque, al parecer, Yoyes dejó de pertenecer a ETA hace ya cinco años. Su marido, Juan José Dorronsoro, replicó el pasado año a una información publicada en EL PAIS en la que se anunciaba la vuelta a España de Yoyes para precisar que ésta se encontraba en México impartiendo clases de sociología urbana en la universidad de la capital. Tras haber permanecido un año en París, a la espera de que se agilizaran las acciones pertinentes que le facilitaran su regreso al País Vasco, Yoyes ha vuelto a Guipúzcoa con la intención de rehacer su vida junto a su compañero, profesor del Liceo Santo Tomás de Donosti, y su hijo de tres años de edad.

El delegado del Gobierno para el País Vasco, Ramón Jáuregui, hizo ayer especial hincapié en que el proceso de la vuelta de la ex dirigente histórica de ETAm, que se ha llevado a cabo con el máximo sigilo, solicitado por la propia familia, ha tenido un final feliz "gracias a la valentía de Yoyes y a la flexibilidad del Ministerio del Interior".

Deploran la filtración

Ayer, en Madrid durante la comparecencia ante la comisión de Presidencia e Interior del Senado del ministro del Interior, José Barrionuevo, éste y el senador del PNV Joseba Azkárraga mostraron su satisfacción por el regreso de la ex dirigente etarra.Barrionuevo aseguró que no deseaba añadir ningún dato sobre el tema, porque la discreción es fundamental para el éxito de la política de reinseción, y se refirió a la presión que los refugiados que regresan pueden sufrir. Sin citarla expresamente, hizo mención a la nota del Comité de Refugiados Políticos ante el regreso de Yoyes, calificándola de "en cierto modo amenazante y coaccionadora".

Por su parte, Azkárraga destacó que era un regreso importante, toda vez, dijo, que, "en 1977, Yoyes ocupaba un alto cargo en el organigrama de ETA". Desde su punto de vista, es importante destacar dos aspectos: por una parte, el valor ejemplificador que esta vuelta puede tener para refugiados que dudan, y por otra, el transmitir la seguridad de que pueden volver con garantías plenas.

Deploró que se hubiese dado publicidad al regreso de Yoyes, y al ser preguntado sobre el responsable de la filtración se encogió de hombros y sonrió, en un gesto que transmitía la responsabilidadd fuera de su partido.

Juan José Dorronsoro, esposo de María Dolores, se negó ayer a hacer ningún tipo de declaración, y se limitó a afirmar que su mujer hará "vida normal"

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