La conquista de América
Los pueblos tienen sus responsabilidades, y no pueden darse buenas relaciones entre ellos cuando no se reconocen los propios fallos. Así lo ha hecho el emperador Hiro-Hito ante los coreanos, y muchos pueblos europeos respecto a sus antiguas colonias. ¿Y nosotros, los españoles?Areilza, en un simbólico acto de reparación a los Países Bajos en El Escorial, acaba de decir ante los reyes de Holanda y España: "Ningún español de hoy aprueba aquel cúmulo de innecesarias, cuanto injustas, crueldades". Pero respecto a América sígue predominando una leyenda blanca que intenta tapar el cielo con la mano: las matanzas, se dice, no existieron, o fueron impuestas por el escaso número de los conquistadores, o los débiles indios murieron por epidemias. El saqueo y la servidumbre impuestos están compensados por el haberles dado la verdadera religión y el idioma del imperio, lo que nos parece muy distinto del genocidio cultural que admitimos que hicieron los colonizadores... vecinos. Incluso la odiosa violación de sus mujeres y la multiplicación fríamente calculada de mestizos utilizados como casta intermedia para dominar a todos son alabadas todavía como pruebas de amor y de ausencia de racismo por parte de España, aunque creáramos allí algo peor: un sistema de castas en donde la diferencia educativa y económica entre ellas es todavía mucho mayor que entre las razas en Estados Unidos, y donde el temor o el interés hacen que se intente negar esas gigantescas barreras entre los colores. ¿Cuándo llegará el día en que descubramos realmente a la América hispanizada y reconozcamos nuestros errores y agravios, sin lo que nunca podremos tener con ella una relación seria y justa?-
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