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Precampaña electoral gallega

El deseado y el omnipresente

Quienes atribuyen una dimension estatal a las próximas elecciones autonómicas gallegas no pueden desconocer la importancia que sobre ellas tendrá la casi segura ausencia del presidente del Gobierno, Felipe González, y la más que probable presencia constante del líder de la oposición conservadora, Manuel Fraga. Los dirigentes socialistas locales, que a duras penas han podido restañar, aunque sea temporalmente, las divisiones internas, aún confian en que González acuda el próximo sábado al acto de presentación pública del candidato, Fernando González Laxe, un hombre aún escasamente conocido por los gallegos -los sondeos muestran que algo menos del 50%. del electorado conoce su nombre, y son muchos menos quienes le reconocen por la calle.Pero González no acudirá a la campaña gallega, aunque aún se esté considerando la conveniencia de su presencia en Santiago de Compostela en el acto del sábado. Los asesores presidenciales temen que la derrota electoral que se espera -el PSG-PSOE obtendrá, en el mejor de los casos, 28 escaflos- afecte al que ya admiten que es "preocupante" descenso en la popularidad de imagen pública de Felipe González. Y, por tanto, parecen haber, decidido que lo mejor será un alejamiento del escenario gallego durante la campaña, por más que ello pueda costar algunos votos a Laxe, quien sí contará con el apoyo del vicepresidente Alfonso Guerra y de todo el aparato del partido.

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El caso de Manuel Fraga es radicalmente diferente: desde el pasado verano, el presidente de AP recorre incansablemente las tierras gallegas y acentuará su presencia aquí en los próximos días. Sin embargo, son numerosos los dirigentes locales de AP que se muestran cada día más preocupados ante lo que consideran una progresiva "descoordinación" de Fraga con los planes de la campaña electoral. Las acusaciones de haber estado por completo ajeno a los múltiples problemas surgidos en la concepción de las listas electorales de la Coalición Popular se mezclan ahora con las que señalan que últimamente Fraga parece estar obsesionado por el movimiento por el movimiento.

Fraga necesita, cara a las próximas elecciones generales, aumentar sus cotas de popularidad con las elecciones gallegas, y esto es algo que no le ocurre al presidente de la Xunta, Gerardo Fernández Albor. Tal vez por ello los planificadores de la campaña de este último han cuidado de que no coincida en casi ningún mitin con el presidente nacional de AP.

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