Sectores de AP pugnan por modificar las listas de la coalición conservadora
Coalición Popular volvió este fin de semana a sufrir serios problemas internos en Galicia cuando falta poco más de un mes para que se celebren las elecciones autónomicas y cuando apenas quedan tres semanas para el comienzo oficial de la campaña electoral. Las tensiones han llegado a tal punto que ayer existían dudas acerca de si la coalición se mantendrá incólume en alguna provincia, como Lugo, donde los dirigentes aliancistas locales presentaron una lista electoral pirata, de la que eliminaron -a espaldas de la dirección nacional- a los principales candidatos del Partido Liberal (PL), que preside José Antonio Segurado.
Esta situación sigue a horas de tensión, en las que los hombres de AP en Lugo y Orense insultaron y zarandearon al vicepresidente de la Xunta y secretario general del partido en Galicia, José Luis Barreiro, acusándole de blandura al negociar las listas con los restantes partidos de Coalición Popular.Los principales dirigentes de Coalición Popular en Galicia se sorprendieron ayer al leer en un periódico local que el presidente de la Diputación de Lugo, Francisco Cacharro, y sus más próximos seguidores en la vieja guardia aliancista provincial habían dado un audaz golpe de mano presentando por su cuenta unas listas electorales de la coalición en la provincia en las que habían eliminado, entre otros, a los dirigentes locales del PL, entre ellos José María Pardo Montero, líder del partido de Segurado en Galicia.
Inmediatamente, el presidente del Parlamento autónomo, Antonio Rosón, que encabeza las listas de Coalición Popular en Lugo y a quien Pardo Montero está políticamente ligado, amenazó con la posibilidad de un bombazo en Coalición Popular, si bien hasta el momento, y tras la celebración de numerosas reuniones, se desconoce hasta dónde podría llegar este bombazo y si Rosón -hermano del ex ministro del Interior Juan José Rosón y no afiliado a ninguno de los partidos de Coalición Popular- podría llegar a dimitir de la cabeza de la lista.
La situación, susceptible de contagio en otras provincias, donde la militancia tradicional aliancista se siente postergada por los recién llegados a Coalición Popular, permanece aún en un momento de incertidumbre cuando tan sólo faltan dos días para el cierre del plazo de candidaturas. La negociación para renovar los pactos de Coalición Popular había provocado ya no poca irritación en las últimas semanas, merced a lo que los hombres de AP consideraban como "excesivas concesiones" a los socios del PDP y del PL; pero el malestar se agudizó cuando, gracias a una operación política de última hora en la que intervino no poco el independiente Pío Cabanillas, se incluyó también en lugares privilegiados de las listas de Coalición Popular en Orense a los recién llegados de Centristas de Galicia, encabezados por Victorino Núñez, quienes semanas atrás ¡militaban en Coalición Galega.
La inclusión de los Centristas de Galicia en Coalición Popular se considera una victoria personal del jefe de filas de los democristianos del PDP en Galicia, Enrique Marfany, presidente de la Diputación de La Coruña; éste, hace menos de una semana, contribuyó a encrespar los ánimos renunciando a concurrir en las listas electorales, en lo que los hombres de AP interpretan como el comienzo de una maniobra para despegarse en un futuro de la coalición. Una maniobra en la que Marfany está, dicen los aliancistas, de acuerdo no sólo con Victorino Núñez, sino también, acaso, con el propio vicepresidente de la Xunta y secretario general de AP, José Luis Barreiro.
Intransigencia de los radicales
Pero Barreiro se limita, por el momento, a sufrir la intransigencia del ala radical de su partido, así como el alejamiento de Gerardo Fernández Albor, presidente de la Xunta, de cualquier tipo de problema terrenal: "No conozco nada de lo que ha pasado en Lugo", fue la respuesta dada ayer por el presidente de la Xunta y candidato a la reelección cuando los periodistas le preguntaron por su opinión sobre este grave incidente. Albor, seguro de su victoria en las elecciones, se limita a desempeñar su papel institucional, reiterando su intención de crear una internacional gallega reforzando sus lazos con la Latinoamérica de los emigrantes.
Sin embargo, ayer Fernández Albor debió acudir a clausurar un seminario autonómico que los democristianos del PDP organizaron en un pazo cercano a La Coruña, y allí expresó a sus socios democristianos una intuición: " Me da la sensación de que estamos actuando como si estas elecciones fuesen las primeras y últimas a las que vamos juntos, y esto no puede ser así". Segurado, presidente del PL llegará hoy a Galicia donde conocerá sobre el terreno el desaire a su partido. La negativa del jefe de filas del PDP, Enrique Marfany, a participar en las labores de la próxima Xunta, renunciando a una futura vicepresidencia, abre negras perspectivas en la colaboración futura de la coalición.
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