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Tel Aviv considera que el asesinato de dos marineros israelíes en Barcelona es un acto de terrorismo

Las autoridades israelíes tienen el convencimiento de que los dos marineros de ese país desaparecidos el pasado domingo en Barcelona han sido asesinados por un grupo terrorista, según expresaron ayer fuentes militares y diplomáticas en Tel Aviv y Madrid, respectivamente. La inclusión de inspectores del grupo de Terrorismo Internacional de la Brigada de Información de Barcelona entre el equipo policial que investiga la muerte de dos personas en un piso de la calle de Valencia de Barcelona avala también esta hipótesis. La policía española, sin embargo, no había identificado ayer las señas necrodactilares de los dos cadáveres, que presumiblemente corresponden a los israelíes Joseph Abu Yaacob, de 32 años, y Joseph Abu Zion, de 36, calderero y camarero, respectivamente, del mercante israelí Zim California. La desaparición de ambos fue denunciada el domingo.

Mediante una llamada telefónica a la agencia UPI en Madrid y Beirut, una persona que aseguraba pertenecer a Fuerza 17, unidad militar de la OLP palestina, reivindicó el asesinato de los dos israelíes. Sin embargo, los atentados contra judíos no suelen ser reivindicados por fuerzas oficialmente integradas en la OLP, por lo que hay que atribuir poca verosimilitud a la comunicación. Fuentes diplomáticas israelíes negaron ayer que ambos pertenecieran al Mosad, el servicio de espionaje israelí.De otra parte, un funcionario israelí, miembro de la delegación permanente de Israel ante la Organización Mundial del Turismo, se encuentra desde el pasado lunes en Barcelona siguiendo la investigación del caso y realizando los trámites necesarios para la repatriación, en su caso, de los cadáveres.

Esas fuentes negaron que exista una línea de colaboración directa entre la policía española y la israelí.

En Tel Aviv, medios militares autorizados aseguraron a la agencia France Press que la muerte de esas dos personas había sido causada por "terroristas palestinos", mientras la Prensa israelí consideraba ayer estas muertes como un nuevo capítulo de la espiral de violencia que se inició el pasado 26 de septiembre con el asesinato de tres turistas israelíes en el puerto deportivo de Marina, en Larnaca (Chipre).

Torturados

A pesar de que los dos cadáveres aún no han sido identificados, el director general de la empresa Zim, Mati Morgenstern, de Haifa (Israel), propietaria del mercante California, también daba ayer por seguro que los dos cadáveres de Barcelona pertenecían a su tripulación. Mati Morgenstern declaró a la agencia Efe: "Las autoridades españolas han cooperado con nosotros sin poner ningún obstáculo"; y solicitó el envío inmediato de los cuerpos a Israel para sepultarlos. Según la autopsia, que fue practicada ayer a los dos cadáveres en el Instituto Anatómico Forense de Barcelona, las dos víctimas fueron torturadas, golpeadas, tiroteadas y acuchilladas. En la autopsia se comprobó que ambos habían sido circuncidados. Uno de ellos murió por un disparo tras ser estrangulado, y el otro fue acuchillado y recibió un impacto de bala cuando ya era cadáver.

Un alto mando policial reconoció ayer que resolver el caso "será complicado". "Es más", añadió, "creo, incluso, que no podremos hacer mucho más que lograr conocer la identidad de las víctimas". Según este policía, "las víctimas murieron el pasado domingo, tres días antes de que fueran hallados los cadáveres, por lo que encontrar al autor o a los autores será ahora una tarea muy difícil".

La investigación del caso ha recaído en inspectores de los grupos de Homicidios y del Gabinete de Identificación, de la Brigada Judicial, y de Terrorismo Internacional, de la Brigada de Información. La policía está investigando el caso bajo la doble hipótesis de asesinato común y atentado terrorista.

Uno de los investigadores ha criticado duramente al juez de guardia, Miguel Díaz Reixa, por "haber dejado entrar en el piso donde fueron encontrados los dos cadáveres a personas ajenas a la investigación". Según el policía "los únicos que deben entrar en los lugares donde se ha cometido un asesinato son los policías que han de encontrar huellas o cualquier pista que pueda ayudar".

Ayer por la tarde prestó declaración Juan Parra, propietario del piso donde fueron hallados los dos cadáveres. Parra, que se hallaba apesadumbrado -"por el lío en que me han metido", dijo-, repitió a la policía que hace un año alquiló el piso situado en el segundo tercera de la calle de Valencia número 474. "Lo alquilé a un relaciones públicas de Jerusalén, que me dijo que era palestino, que tenía 35 años y que, según su pasaporte, se llamaba Osama Ezzaheer". El propietario agrega: "Nunca tuve problemas con él, ni con los pagos, hasta el pasado miércoles en que me llamaron para explicarme lo que había sucedido".

Osama Ezzaheer, sobre el que también se están efectuado comprobaciones para saber si se trataba de un nombre falso o auténtico, ha desaparecido y ya se da por descartado que no es ninguno de los dos hombres encontrados muertos. El contrato de alquiler de la vivienda se firmó en una agencia de la calle de Granada donde ayer no facilitaron información alguna.

La Jefatura Superior de Policía de Barcelona recibió ayer multitud de llamadas de agencias informativas y periódicos de toda Europa. Todos estaban interesados en saber si los dos cuerpos hallados en el interior del piso correspondían o no a los israelíes Joseph Abu Yaakov y Joseph Abu Zion, dados por desaparecidos el pasado domingo cuando no embarcaron en el mercante California, de bandera israelí, en el que estaban enrolados como calderero y camarero, respectivamente.

El buque, de la compañía israelí Zim partió de Barcelona sin ellos con destino a Halifax (Canadá).

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