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El fiscal especial antidroga ha pedido el relevo por discrepancias con las fuerzas de seguridad

El fiscal especial para coordinar la lucha contra la droga, José Jiménez Villarejo, pidió hace cerca de un mes al fiscal general del Estado, Luis Antonio Burón Barba, ser relevado de su cargo. Fuentes próximas al fiscal especial achacan la decisión a las discrepancias surgidas entre José Jiménez Villarejo y las fuerzas de seguridad. La petición de relevo, sobre la que se guarda un estricto silencio en fuentes oficiales, fue confirmada ayer por el propio fiscal antidroga. En medios jurídicos se citan los nombres de Eugenio López López, fiscal jefe de la Audiencia Territorial de Burgos, y Alejandro del Toro, miembro de la fiscalía de Barcelona, como posibles candidatos para ocupar el cargo.

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El fiscal José Jiménez Villarejo, al confirmar ayer al mediodía la noticia, recalcó que se trata de una petición de relevo y no de una dimisión, puesto que en la carrera fiscal no existe la posibilidad de dimitir de los destinos. El fiscal antidroga, que se negó a hacer comentarios sobre las causas de su postura, tampoco quiso explicar las circunstancias que han rodeado su decisión y pidió discreción en torno al tema.El portavoz del Gabinete de Prensa del Ministerio de Justicia desconocía ayer a mediodía esta petición de relevo, y se mostró abiertamente sorprendido por la noticia al ser consultado acerca de lo sucedido. Por su parte, un representante de la Fiscalía General del Estado, después de consultar sobre el caso, aseguró que "no se podía dar información sobre este tema, ya que en la Fiscalía no se tiene constancia de que exista una petición de relevo formal". Tras aquella pausa, el portavoz de la Fiscalía General del Estado recomendó entonces a este periódico que volviera a ponerse en contacto con el fiscal antidroga.

En una nueva conversación, José Jiménez Villarejo minimizó el tema asegurando que se trataba de "una petición de relevo realizada informalmente, de forma verbal, ante el fiscal general del Estado". Asimismo, desmintió que hubiera planteado el problema por escrito en una carta personal dirigida a Luis Burón Barba.

Fuentes oficiales relacionadas con la lucha contra la droga confirmaron ayer que la petición de relevo de José Jiménez Villarejo puede deberse a sus divergencias con los cuerpos de seguridad respecto a las medidas a adoptar para combatir el tráfico. Según las mismas fuentes, el protagonismo adoptado por el fiscal especial no ha sido bien acogido por otras instancias.

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Los cuerpos de seguridad

El fiscal antidroga había manifestado reiteradamente a la Prensa las dificultades que encontraba por parte de los cuerpos de seguridad para cumplir sus objetivos, y exigía el mando directo de las fuerzas policiales.

En el fondo, José Jiménez Villarejo se quejaba de una subvaloración de sus funciones y de que la fiscalía especial se había convertido prácticamente en una oficina destinada a redactar y transmitir informes sobre el tráfico y consumo de estupefacientes, con muy poca influencia en la represión directa de la droga.

En un informe al fiscal general del Estado, recogido en la última Memoria, Jiménez Villarejo resaltó que el efecto criminógeno más grave de la droga es el riesgo de la consolidación de redes criminales con poder económico insospechado, dispuestas a poner a su servicio a cuantos niveles de la Administración sean útiles para sus propósitos. Y remachaba: "riesgo que entre nosotros se ha convertido ya, más de una vez, en lamentable y preocupante realidad".

La petición de relevo de Jiménez Villarejo coincidió con el nombramiento, el pasado 13 de septiembre, de Miguel Solans como nuevo delegado del Gobierno en el Plan Nacional contra la Droga, dependiente del Ministerio de Sanidad, y encargado de coordinar las actividades de la lucha antidroga que se realizan desde diferentes ministerios, pero que esencialmente afectan a los de Justicia, Sanidad e Interior. Según este esquema, la actividad desempeñada por José Jiménez Villarejo estaría tutelada por la subsecretaría asignada a Solans.

Miguel Solans, de 40 años de edad, nacido en Zaragoza, fue hasta mediados del pasado mes de septiembre gobernador civil de Gerona. En el verano de 1975 participo en la creación del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC). Su militancia política se remonta a sus años de universidad, cuando en Zaragoza perteneció a diversos movimientos socialistas. En 1982, tras el triunfo del PSOE en las elecciones legislativas, el dirigente socialista catalán Joan Reventós propuso a Solans que ocupara el cargo de gobernador civil de Gerona.

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