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Cuando caen los pagarés resurge la renta variable

La buena nueva de la baja de los tipos de interés de los pagarés del Tesoro llegó tarde a los mercados de valores, aunque no lo suficiente para marcar una profunda diferencia entre el nivel de demanda que se registró en los corros y el que se podía observar a la hora del cierre. El descenso de algo más de un punto que sufrieron los beneficios anuales de las inversiones en pagarés, situándose por debajo del 9,5%, aceleró el proceso comprador que en las últimas sesiones viene consolidando la situación del mercado de renta variable, y es de esperar que al saltarse esta barrera psicológica del 10%, se produzca un trasvase de fondos aún mayor.Los primeros corros ya indicaban el mantenimiento de la corriente compradora que, al igual que sucediera en la sesión anterior, venia a afianzar las alzas de las dos últimas sesiones del mes, algo exageradas, según diversas opiniones, pero que, en definitiva, vienen a dejar las cosas en su sitio, marcando las profundas diferencias existentes entre los diversos sectores que conforman el mercado.

La demanda en tomo a los valores eléctricos fue casi siempre alcista y tuvo en cuenta las posibilidades de los diferentes valores del grupo. También Telefónica dio un importante salto, con lo que el avance del índice general estaba asegurado. Hasta aquí, todo resultaba conforme al programa previsto, mostrando el mercado su cara agradable y confirmando las actuales posibilidades de la renta variable.

Fue a media mañana cuando la bolsa dejó de verse a sí misma como algo aislado y decidió condenar las ventajas que una fuerte baja en la retribución de los pagarés del Tesoro le podía acarrear. Las ofertas y demandas fuera de hora son algo habitual, y tal vez por ello no hubo demasiados problemas para atender a las peticiones, máxime cuando los precios eran altos.

Sin duda, hoy habrá algún vendedor arrepentido, ya que la demanda se ha mantenido firme tras las precipitadas realizaciones de beneficios de la primera sesión del mes, y ahora se ve incrementada por una notable diferencia de rentabilidad entre las distintas alternativas que ofrecen los mercados a los inversores. Es evidente que, dentro de la renta variable, se estableció una selección que favoreció a las eléctricas -alma de la actual tendencia- y a Telefónica, al tiempo que la primera fila de los valores industriales se sumaba a la corriente compradora.

Hasta ahora, la tendencia al alza confirma las expectativas, tanto de los chartistas como de los partidarios del análisis fundamental, aunque mantiene viva la diferencia, entre la cantidad de optimismo que unos y otros depositan en sus previsiones. La baja de los tipos de interés de los pagarés del Tesoro es un factor coyuntural que difícilmente tiene cabida en las series estadísticas, pero es evidente que, de mantenerse, podría acabar dando la razón a los amantes de los números.

Por el momento, la demanda se mantiene muy activa, y el índice general de la bolsa ha superado las cotas de finales del pasado mes de julio. A pesar de que las temperaturas se mantienen altas, el verano parece haber llegado a su fin.

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