Felipe González
pudo comprobar el viernes, personalmente, los problemas que las escasas dotaciones presupuestarias ocasionan a la conservación de algunas embajadas de España en el extranjero. Cuando se encontraba en la de Washington, en conferencia de prensa, hablando del futuro de las bases norteamericanas en España, un trozo de techo de casi un metro cuadrado cayó al suelo con estrépito. A pesar de que el salón estaba lleno, no hubo heridos. Un miembro de su séquito, más que a problemas presupuestarios, atribuyó el incidente a la presencia de un gafe, aún sin detectar, en el entorno de González, cuyos viajes al extranjero se salpican últimamente de incidencias.
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