El Gobierno expulsa a los representantes del Polisario
El Ministerio de Asuntos Exteriores anunció anoche la decisión del Gobierno de expulsar de España a los representantes del Frente Polisario, que dispondrán de un plazo no superior a tres días para cerrar las oficinas de que disponen y abandonar el país. El Gobierno "no va a cambiar los principios básicos de su política exterior, pero sacará las consecuencias políticas que se derivan de las agresiones contra el pesquero El Junquito y la patrullera de la Armada Tagomago", manifestó una fuente gubernamental. El Consejo de Ministros del próximo miércoles estudiará la adopción de medidas de protección para los pescadores que faenan en los bancos saharianos.
El Gobierno español ha prevenido a los armadores canarios del peligro que entraña faenar cerca del litoral del Sáhara, especialmente en las proximidades de la frontera de Marruecos y Mauritania, y el propio Ejecutivo marroquí suele especificar las áreas desaconsejables, delicadas, peligrosas o prohibidas para faenar por ser zona de guerra, según fuentes españolas.El Gobierno español se encuentra asimismo a la espera de varios informes -uno de ellos, encargado a la Armada- sobre la localización de El Junquito en el momento de la agresión del Frente Polisarío y, en especial, de la bandera, o banderas, que enarbolaba (los pescadores han afirmado que llevaban enseña marroquí). Esta última cuestión, que ha servido a lo dirigentes independentistas saharauis para anunciar que dispararán contra los pesqueros españoles que naveguen bajo pabellón de Marruecos, merecerá también, probablemente, un análisis del Gabinete y podría dar lugar a alguna decisión.
Descolonización inconclusa
Entretanto, en medios próximos al Gabinete de Felipe González se recordó ayer que la tesis socialista sobre la soberanía del Sáhara -expresada incluso en Marruecos- señala que la descolonización se encuentra inconclusa, y que una cosa es el pueblo saharaui y otra el Frente Polisario, si bien este es un elemento importante que se ha de tener en cuenta en la solución del conflicto. En el comunicado hecho público por Asuntos Exteriores, el Gobierno celebra la liberación de los pescadores supervivientes de El Junquito, y "reitera su firme condena de estos hechos criminales". Asimismo, "agradece a los Gobiernos de Argelia, Marruecos y Mauritania la cooperación que han prestado tanto para esclarecer los hechos como para asegurar el pronto retorno a la Patria de los marineros de El Junquito".
Durante una cena de despedida ofrecida por el Frente Polisario a los pescadores españoles (ver página 18), Mustafá Bachir Sayed, en un mensaje de tono muy duro, salpicado de invitaciones a España para que reconsidere su postura sobre el Sáhara, pidió al Gobierno de Felipe González que no humille al pueblo saharaui permitiendo que los pesqueros españoles que faenan en aguas territoriales de la RASD lo hagan enarbolando pabellón marroquí.
El líder polisario descartó la existencia de móviles políticos o diplomáticos en el ataque saharaui contra el pesquero y la patrullera de la Armada Tagomago. Respecto de los buques de la Armada, el número dos del movimiento independentista saharaui fue rotundo al afirmar que su presencia en aguas saharauis, una zona de guerra desde hace 11 años, es, por definición, una agresión que debe ser respondida militarmente, según informa desde Tinduf (Arlelia) nuestro enviado especial, Ángel Santa Cruz.
Sayed, en voz queda y desgranando sus frases mientras jugueteaba con una caja de cerillas, calificó de muy bajo el tono actual de las relaciones entre Madrid y la República Árabe Saharaui Democrática, que achacó, en parte, al "denominado complejo socialista" al pasar de la oposición al poder, y culpó al Gobierno español de estar al servicio de los intereses de los fabricantes de armamento.
El vicesecretario general del Polisario, quien sólo en contadas ocasiones ha comparecido ante los periodistas, descalificó a los ministro Francisco Fernández Ordóñez (Exteriores) -"la RASD no necesita de su beneplácito para existir"-, al que considera "jefe de relaciones públicas" del lobby armamentista promarroquí español, y a Narcís Serra (Defensa), a quien atribuyó la dirección de la política exterior en lo que se refiere a la RASD. Sayed expresó su indignación por "la campaña propagandística de intoxicación" que dice sufrir en España, que, según afirmó, deteriora aún más las frágiles relaciones entre su Gobierno y el español. Para Sayed, el único elemento positivo del Gobierno de González hacia el pueblo saharaui ha sido su posición en la ONU, en 1984, acerca de la resolución aprobada por las Naciones Unidas sobre el Sáhara occidental.
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