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Tropas sirias toman posiciones en la ciudad libanesa de Trípoli

Las milicias rivales, que desde hace nueve días se enfrentan en Trípoli, la segunda ciudad de Líbano, concluyeron el pasado lunes por la noche un acuerdo que, como las demás resoluciones adoptadas tras las anteriores oleadas de violencia que han asolado al país, refuerza, en principio, el papel de Siria.

Los persistentes disparos de armas automáticas a lo largo del frente urbano y los duelos de artillería que todavía ayer libraban el Movimiento de Unificación Islámica (MUI, integrista suní) y el Partido Árabe Democrático (PAD, alauí prosirio) no inducen, sin embargo, a prever que el acuerdo que pondría fin a unos combates que han costado la vida hasta ahora a 191 personas y herido a otras 565 vaya a entrar inmediatamente en vigor.Para convencer acaso al MUI, capitaneado por el clérigo Said Chaban, de la necesidad de permitir su aplicación, la artillería siria entró en acción el lunes por la noche contra sus posiciones en Trípoli, ciudad de 400.000 habitantes situada a 80 kilómetros al norte de Beirut, según denunció el grupo armado fundamentalista.

El acuerdo estipula la instauración en la ciudad de cinco puestos conjuntos de los ejércitos sirio y libanés -uno de ellos, en el puerto-, así como la recogida de las armas en manos de las facciones rivales y su colocación en depósitos vigilados por ambas fuerzas armadas regulares, que sustituirían a los actuales dueños integristas de las calles tripolitanas.

A su salida de la reunión en la que se estableció el acuerdo, el jeque Chaban, aliado del líder palestino Yasir Arafat, que le ayudó a apoderarse de esa capital, se mostró evasivo sobre las medidas prácticas que conllevaría el acuerdo, y alegó que "más valía no precipitarse". Mientras, el general sirio Chazi Kanaan afirmaba, en tono amenazador, que esperaba que su interlocutor "esté esta vez verdaderamente convencido y no intente ganar tiempo".

A través de la batalla que opone al PAD y al MUI, se desarrolla, en realidad, una nueva etapa de la guerra que libran en territorio libanés Damasco y Arafat, líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Éste sigue suministrando armas y fondos a Chaban a cambio de ciertas facilidades en su puerto y su ciudad, cuyos accesos por carretera están controlados por tropas sirias.

Por si cupiese aún alguna duda sobre el verdadero significado de los combates de Trípoli, el comité ejecutivo de la OLP acaba de acusar desde Bagdad al régimen sirio de haber propiciado la agresión criminal.

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