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Interior cree que dar asilo a los 21 saharauis supone un problema diplomático con Marruecos

Rocío García

El Ministerio del Interior ha dado instrucciones para gestionar con diversas organizaciones humanitarias, como la Cruz Roja y Amnistía Internacional, que se ocupen de la estancia en nuestro país de los 21 saharauis que desde el pasado viernes se encuentran en Ceuta, donde han pedido asilo político. Fuentes de Interior manifestaron ayer a este periódico que el Gobierno está estudiando la solución definitiva a la situación creada, que supone "un grave problema diplomático" con el vecino país, Marruecos.Los 21 saharauis, estudiantes del Instituto Español en Tánger, (Marruecos) continúan internados en unas dependencias pertenecientes a la residencia de ancianos Nazareth, donde una férrea vigilancia policial impide el acceso y la comunicación con ellos. Los jóvenes saharauis, al parecer de edades comprendidas entre los 18 y los 23 años, ocupan una nave del pabellón de la residencia habilitado para las cocinas y la lavandería, y según fuentes del centro "llevan una vida normal".

Ayer por la tarde, un grupo de seis o siete saharauis se encontraba en un patio exterior de la residencia sentados alrededor de unas mesas, y ante la presencia de los periodistas -a los que las fuerzas del orden sólo dejan acercarse a unos 40 metros-, levantaron rápidamente la tertulia y se refugiaron en el interior del edificio. La residencia de ancianos Nazareth, perteneciente al obispado de Cádiz y Huelva, que tiene Firmado un convenio con el ayuntamiento de la ciudad, está situada en el barrio de Playa Benítez, en la zona sur de Ceuta y a unos cuatro kilómetros de la frontera natural con Marruecos.

Es una zona residencial donde abundan los chalés unifamiliares y por cuya parte trasera se extiende la montaña que linda con el vecino país. En esta parte, los saharauis han montado un tendedero de ropa donde ayer por la tarde, vigilados permanentemente por numeros de la Policía Nacional, hacían sus labores domésticas.

Los jóvenes estudiantes no se relacionan con los ancianos residentes allí y únicamente hace unos días solicitaron a la dirección del centro la posibilidad de tener duchas calientes, lo que rápidamente les fue concedido.

El hermetismo del delegado del Gobierno en Ceuta, el socialista Manuel Peláez, en torno a la situación de los saharauis es total, a pesar de las numerosas llamadas telefónicas y las visitas a la sede de la delegación, todas ellas infructuosas, por parte de este periódico.

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