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La llegada de Mubarak equipara las relaciones políticas hispano-egipcias con las económicas

La visita oficial que inicia hoy, jueves, a España el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, colocará, por fin, las relaciones políticas bilaterales al nivel de los boyantes intercambios comerciales, en opinión de diplomáticos de ambos países. Es ésta la primera visita oficial que un presidente egipcio realiza a España. Acordado durante la estancia, en mayo, en El Cairo del entonces ministro español de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, el viaje de Mubarak pone fin a una larga serie de encuentros frustrados entre dignatarios de España y del más poblado país árabe desde que hace ocho años los Reyes efectuaron una visita oficial que les condujo hasta las "orillas del Nilo".

La carencia de encuentros políticos bilaterales contrastó, sin embargo durante estos últimos años con las visitas al país de los faraones de los ministros españoles del área económica, que promovieron allí las ventas de productos made in Spain hasta el punto de convertir a Egipto en 1984 en el primer cliente de España en el Tercer Mundo, por delante de Argelia y de Arabia Saudí, y en el séptimo del mundo, sólo precedidos por seis países industrializados de la OCDE.Gracias, en parte, a los préstamos españoles para la financiación de las compras, las exportaciones, valoradas en 620 millones de dólares (más de 105.000 millones de pesetas), colocaron ese año a España en el sexto lugar entre los proveedores de Egipto, por delante de la ex metrópoli colonial Reino Unido, y la balanza comercial arrojó entonces el espectacular superávit del 221%.

Cuando, por fin, se adecua el nivel de las relaciones políticas con el de las económicas, estas últimas tienden a declinar a causa de las dificultades económicas que atraviesa Egipto, cuya deuda exterior se eleva a 35.000 millones de dólares, mientras el déficit comercial alcanzó el año pasado la cifra récord de 4.000 millones de dólares.

Es probable que con motivo de la visita de Mubarak, Egipto, además de quejarse del desequilibrio de la balanza, sondee las posibilidades de obtener un reescalonamiento del pago de su deuda contraída con Madrid, como ya lo hizo con EE UU, al tiempo que expresará su preocupación por las eventuales repercusiones negativas que tendrá para su economía la entrada de España en la CEE.

Aunque el ingreso de España conlleva, al disminuir las tarifas aduaneras, algunas ventajas para sus exportaciones a la Península de productos textiles, el secretario de Estado egipcio, Butros Ghali, ha pedido a la Comisión Europea que compense el perjuicio causado por la adhesión de dos nuevos miembros. El pasado mes de junio solicitó para Egipto, que firmó un acuerdo preferente con la CEE, la anulación de la cuota para la importación de hilo de algodón y la agilización de las concesiones de créditos, así como la mejora de las condiciones de contratación de mano de obra egipcia.

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