La 'feria del catalizador'

La 51ª Exposición Internacional del Automóvil de Francfort (IAA), la feria automovilística mayor del mundo, se inauguró el pasado jueves en un ambiente de optimismo del sector, olvidados ya los años de la crisis de ventas que se abrió mediada la pasada década, y que muchos creyeron el principio del fin del transporte individual. En la muestra, que se celebra cada dos años, participan más de 1.600 expositores de todo el mundo, y se espera que el número de visitantes vuelva este año a superar ampliamente el millón antes de su clausura, el próximo día 22 de septiembre.Las novedades más espectaculares en diseño y motor se deben a la irrupción japonesa en el mercado de coches deportivos de lujo, con modelos como el MID 4 de Nissan -un tres litros de 24 válvulas y seis cilindros con 230 caballos- o un Mazda también enormemente atractivo. En general, los fabricantes japoneses vuelven a demostrar en la feria de Francfort -con su oferta cada vez más completa, también en el segmento más caro del mercado, y sus precios- que la preocupación que infunden a la industria automovilística occidental está plenamente justificada.

Una compañía japonesa, Isuzu, de la que forma parte como propietaria minoritaria la General Motors norteamericana, presenta un prototipo de motor de cerámica que hace innecesario el sistema de refrigeración. Según Isuzu, este motor, cuyo desarrollo está ya muy avanzado, tendrá un rendimiento superior en un 30% al de un motor metálico convencional y consumirá aproximadamente la mitad de combustible. Esta compañía es la única que ha conseguido presentar este prototipo en Francfort, aunque se sabe que otras trabajan desde hace tiempo en el desarrollo de un motor de características similares. La gran sorpresa de la exposición, sin embargo, es la enorme rapidez con que la industria del automóvil está adaptándose a las condiciones creadas por la creciente concienciación de la opinión pública sobre problemas del medio ambiente y a las nuevas regulaciones que sobre emisiones de gases se están perfilando en Europa. Algunos especialistas han llegado a hablar de Francfort como de la feria del catalizador.

Los competidores de la industria alemana occidental han seguido el ritmo marcado por ésta para no perder posibilidades en un mercado que se muestra enormemente activo. Los japoneses, enfrentados en su país desde hace ya tiempo a leyes sobre emisión de gases mucho más severas que las del Viejo Continente, también han seguido la pauta. El Gobierno de la República Federal de Alemania (RFA) fomenta la compra de vehículos con catalizador por medio de exenciones fiscales.

Algunos fabricantes europeos han mostrado su desagrado por las regulaciones de la RFA sobre el catalizador. La industria de este país, sin embargo, apuesta ya plenamente por este medio de reducir la contaminación atmosférica.

Cuando falta un año para que se cumpla el centenario de la construcción del primer automóvil, los fabricantes exponen en Francfort sus primeros prototipos del nuevo coche para la última década del siglo XX. El coche de ayer ha muerto, viva el coche del mañana. La oferta se ha vuelto a ampliar respecto a años anteriores. Siguiendo los pasos de Audi, ya son muchos los fabricantes que han traído modelos con tracción a las cuatro ruedas, entre ellos BMW, Daimler-Benz, Ford, Porsche y Wolkswagen. Los cabriolés vuelven a estar de moda, y casi todas las marcas europeas presentan su coche medio descapotable.

La reanimación general de las ventas está haciendo más rápido el reajuste a la nueva generación del automóvil. En los primeros siete meses de este año la industria automovilística de la RFA produjo cerca de 2,7 millones de vehículos, casi medio millón más que en el mismo período del año anterior. Determinante de este desarrollo es el gran éxito exportador del automóvil alemán occidental. Según el Instituto Alemán de Investigación Económica de Berlín, la reconciliación con el tráfico individual se mantendrá en la próxima década, y en el año 2000 el parque móvil de la RFA habrá alcanzado los 30,8 millones de automóviles, cinco millones más de los existentes en la actualidad.