El obispo de Málaga critica a la 'prensa amarilla y del corazón' en la polémica sobre la Costa del Sol
El obispo de Málaga, Ramón Buxarrais, criticó duramente a algunos medios de comunicación y a "algunos periodistas que escriben para la llamada prensa amarilla y revistas del corazón", a los que acusó de haber tergiversado sus declaraciones, en el transcurso de la homilía que pronunció el pasado domingo en la catedral de Málaga con motivo de la festividad de la Virgen de la Victoria, patrona de la ciudad.
Ramón Buxarrais fue actualidad en la mayoría de los periódicos y revistas a finales del pasado mes de julio cuando hizo público un artículo titulado Provocación en la Costa del Sol, en el que censuraba la celebración de fiestas con gran ostentación en esta zona turística, lo que originó una fuerte polémica.En la homilía, el obispo de Málaga, refiriéndose a los fieles, manifestó que "vosotros tenéis derecho a saber si es o no cierto lo que se ha dicho o escrito sobre vuestro pastor; y yo, por mi parte, tengo el deber de deciroslo con sinceridad y franqueza, aunque mi voz sea silenciada ahora por aquellos mismos medios que han usado y abusado de mi nombre".
Tras puntualizar que él está a favor del turismo, "sobre todo porque gracias a la construcción, a los servicios, a la organización de congresos y encuentros festivos y dignos muchas familias malagueñas han encontrado un medio de trabajo honesto", recordó que cuando hace algunos años ciertos grupos terroristas colocaron explosivos en la Costa del Sol, con el fin de ahuyentar a los turistas, "mi voz fue una de las pocas que se levantó contra ellos, retándolos abiertamente al decirles que lo único que conseguían era arrancar el pan de la boca de los hijos de los trabajadores de Málaga", e indicó que su artículo Provocación en la Costa del Sol, escrito el 28 de julio con motivo del 17º aniversario de la muerte del cardenal Ángel Herrera Oria, no había sido leído en su integridad por muchas de las personas que se atrevieron a opinar sobre el mismo, "entre los cuales se encuentran algunos periodistas e informadores locales y nacionales".
"Debe quedar claro", matizó, "que como obispo de esta diócesis y como malagueño de corazón jamás estuve ni estaré contra el turismo. Todo lo contrario".
Humillado
"Algunos periodistas que escriben para la llamada prensa amarilla y revistas del corazón, abusando del gesto de recibirlos y hacerles algunas declaraciones, no sólo me han humillado personalmente (cosa que no tiene mayor importancia), sino que, negándose a entregarme los originales para revisarlos y corregirlos en lo que no fuera objetivo y preciso, han podido sembrar desorientación doctrinal y moral entre algunos católicos".
Tras referirse a "la mala intención de un medio de comunicación concreto al que parece interesarle más la venta de ejemplares y la fama que la dignidad de las personas", Ramón Buxarrais reiteró su condena al aborto y se refirió a temas como el uso de métodos anticonceptivos -"algunos de los cuales, según se ha probado científicamente, son abortivos"-, la castidad evangélica -"que es una virtud que atañe a todo cristiano, a cada uno según su propio estado"- y a la educación sexual de los niños -"los católicos debemos atenernos a lo que ha dicho en los últimos años la Santa Sede a través de diversos documentos"-, el obispo dijo: "Distinguid con toda nitidez esta doctrina, que no es otra que la de la Iglesia, de cualquier 1 otra interpretación que algunos pueden hacer de mis enseñanzas, tergiversando la verdad a veces con manifiesta mala intención".
El obispo de Málaga finalizó su homilía, titulada Queja y esperanza de un pastor, agradeciendo "vuestra oración, vuestro apoyo y vuestra comprensión en estas semanas de intenso sufrimiento para mí". Fue muy aplaudido al concluir por los fieles que llenaban el templo catedralicio cuando conluyó su intervención.
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