Graves disturbios en Ciudad del Cabo tras un funeral por 10 víctimas de la violencia racial
C. M. ENVIADO ESPECIAL, Miles de negros surafricanos se manifestaron ayer violentamente en el barrio de Guguietu, junte, a Ciudad del Cabo, tras el funeral por 10 víctimas de la violencia racial durante los últimos días. Fuerzas de la policía y del Ejército habían acordonado previamente los accesos a los barrios negros en torno a la ciudad, en un despliegue masivo destinado a evitar incidentes. Un hombre de raza negra murió ayer en un barrio periférico de Ciudad del Cabo a consecuencia de los disparos efectuados por efectivos policiales.
Según informaron fuentes oficiales, el hombre de color resultó alcanzado por los disparos de la policía cuando trataba de arrojar una bomba de gasolina contra las fuerzas del orden en el barrio periférico negro de Guguletu, a 8 kilómetros del centro de Ciudad del Cabo. Efectivos policiales que se desplazaban en vehículos blindados emplearon gases lacrimógenos, balas de goma y armas de fuego para dispersar a los manifestantes.Carros blindados de la policía y del Ejército cerraron todos los accesos a Guguletu y al barrio de Nyanga y sólo permitieron la entrada en ellos a los residentes. Todos los coches eran detenidos y registrados mientras un helicóptero de las fuerzas de seguridad sobrevolaba continuamente la zona. Las personas que no eran de raza negra fueron obligadas a regresar a Ciudad del Cabo e igualmente se prohibió la entrada de periodistas, fotógrafos o cámaras de televisión que no fueran negros.
La violencia, que en una semana se ha cobrado en la zona de El Cabo 30 víctimas, se inició como consecuencia de la decisión de las autoridades de prohibir una manifestación popular cuyo objetivo era entregar un mensaje de adhesión al líder del Congreso Nacional Africano, Nelson Mandela, que desde hace 23 años cumple cadena perpetua en una prisión local. El organizador de la manifestación y dirigente de la organización antiapartheid Frente Democrático Unido, doctor Alan Boessak, fue detenido por la policía la víspera de la manifestación y trasladado a Pretoria.
[El diario norteamericano The Washington Post afirmaba ayer que el presidente Reagan anunciará el lunes sanciones limitadas contra el régimen surafricano. El periódico dice que las Casa Blanca está considerando la prohibición de vender computadores a las oficinas gubernamentales que administran el apartheid y la congelación de préstamos a las empresas estadounidenses instaladas en Suráfrica que no conceden igualdad de empleo a los negros]. En el estadio de Guguletu, una gran fotografía de Nelson Mandela había sido colocada sobre los féretros de las víctimas, mientras que en una pancarta del Congreso de Estudiantes Surafricanos, declarado ilegal la pasada semana, se podía leer la significativa inscripción: "no se puede prohibir una idea".
El Congreso, hasta su declaración de ilegalidad, era una de las 200 asociaciones estudiantiles, religiosas y sindicales afiliadas al Frente Democrático Unido (UDF).
La salud de Mandela
Entre tanto, en una declaración hecha pública por Winny Mandela, a través de su abogado Ismail Ayob, la mujer del dirigente negro anunció que mañana sometería una petición a las autoridades penitenciarias con el fin de que se permitiese al médico de la familia hacer un reconocimiento a Mandela.
El dirigente del Congreso Nacional Africano fue trasladado el pasado jueves a un hospital de Ciudad del Cabo desde la prisión de Pollsmoor para ser examinado por un urólogo después que aparentemente se descubrió que había orinado sangre. Mandela fue devuelto a la cárcel tras ser reconocido por el especialista.
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