Vacaciones doradas

Los mercados inversores registran una cierta atonía, producto en buena parte del reciente período vacacional, que incluso algunos continúan disfrutando. Los emisores además prefieren guardar sus barcos pesados para épocas más tardías del trimestre, en que los apuros fiscales hacen reaccionar todos los años a los contribuyentes en busca de desgravación.Precisamente la falta de noticias sobre el tratamiento fiscal que se reflejará en los próximos Presupuestos Generales del Estado también influye en el aplazamiento de toma de decisiones de carácter inversor.

Tampoco la evolución previsible de los tipos de interés favorece cualquier urgencia en este sentido. El pasado 29 de agosto el Tesoro realizó la última subasta de pagarés del año, con un interés medio del 9,95% para los títulos a 12 meses y el 11,036% para los de 18 meses. La desaparición de este mercado primario, sin embargo, no parece que vaya a incidir en un descenso del precio del dinero.

El Banco de España, según todos los indicios, se ha quedado en su cartera con una buena parte de los últimos títulos subastados para tener la posibilidad proseguir con su política de contención. Pero los expertos consideran que los tipos de interés tienen ya muy poco recorrido y apuestan porque los tesoros no bajen del 10,6%. Ya no existen las tensiones monetarias de meses atrás.

En el extremo opuesto, ningún emisor ha hecho públicas sus intenciones para sacar esos pagarés, que se han venido a denominar afros porque estaban reservados a servir de reflotación al dinero negro. La obligada retención del 45% para estos activos los hace muy poco competitivos, pero su inexistencia impide que hayan podido influir en el mercado.

Así las cosas, la oferta actual se reduce a las conocidas cédulas hipotecarias -que ahora van a ser de cotización calificada, mediante la incorporación al Fondo de Regulación del Mercado Hipotecario, sin tener que pasar por bolsa-, los bonos bancarios del Occidental, Sabadell e Industrial de Bilbao y las obligaciones de FECSA.