Los 'punks' de Bilbao

He esperado un par de días para ver si alguien se hacía eco de la noticia aparecida en EL PAIS del jueves día 23 relativa al mal trato infligido a unos punks en Bilbao. En vista de que nadie ha hecho el menor comentario, me decido a escribir estas letras para romper una lanza en favor de las víctimas de tan inicuo proceder. Es posible que los punks en cuestión hubieran adoptado actitudes contrarias al orden social; pero si tales actitudes eran constitutivas de delito o falta, o simplemente contrarias a las ordenanzas municipales, el ordenamiento jurídico español tiene previstos cauces y sanciones para castigar dichas actuaciones. Cortar el pelo al cero a una persona contra su voluntad constituye una sanción degradante y humillante, impropia de un país democrático y civilizado que, por el contrario, ha sido frecuentemente utilizada en regímenes fascistas bien conocidos, por desgracia, por todos nosotros. Se trata de un atentado flagrante contra la dignidad del hombre protegida en nuestra Constitución, llevado a cabo ni más ni menos que por la autoridad. No me gustan los punks, pero el trato que han recibido es intolerable en un país en el que se protegen los derechos humanos. Si yo hubiera sido una de las víctimas de tan bárbara acción, desde luego que ya habría recurrido ante los tribunales solicitando una buena indemnización al señor alcalde de Bilbao. Los atentados a la dignidad humana, procedan de quien procedan, no deben quedar impunes.-