Toreros que 'trabajan'

En los pueblos de la geografía castellana gustan los toreros que trabajan. Para los sencillos espectadores de estas plazas, los toreros que trabajan son los voluntariosos, los que todo lo intentan, aunque sólo les salga bien la mitad de lo intentado. En la corrida de ayer en Colmenar hubo, a juicio del público, dos toreros trabajadores y uno que no trabajó. Los laboriosos fueron Ruiz Miguel y José Antonio Campuzano, y el rácano, Curro Vázquez. Y en curiosa paradoja se ovacionó a los picadores cuando señalaban el puyazo, con lo que se premiaba a los que no trabajaban.El trabajo de Ruiz Miguel consistió en una faena con aviso del ventajista pase circular, naturales de atragantón y adornos para la galería, en el primero, y una faena encimista, con el toro ahogado, en el cuarto.

Campuzano trabajó, frente a un toro tardo, a base de medios pases con el pico de la muleta, y en el sexto hizo una faena que los antiguos cronistas llamaban "de pases ,de todas las marcas", de la que destacaron tres espléndidos naturales, ligados con el de pecho.

Curro Vázquez no quiso ver al segundo y toreó con el unipase al quinto, con muchas precauciones. No obstante, consiguió algunos muletazos de sabor torero, como ayudados por bajo y trincherazos.

Por su labor en banderillas saludaron los subalternos Antonio Chacón, Finito de Triana y El Formidable, y fue ovacionado el varilarguero El Avispa. El presidente no consintió que se diera un único puyazo a los toros y estuvo serio a la hora de conceder los trofeos.