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FERIA DE BILBAO

Adiós a una feria poco brillante

Hoy finaliza una feria gris, la Aste-Nagusia (Semana. Grande), que ha conseguido cotas muy altas de participación. A partir de las nueve de la mañana, la plaza de toros acoge diariamente a más de 20.000 personas. Los más jóvenes, sobre todo, se agolpan en el callejón, en la barrera y pueblan con densidad el ruedo. Es la hora del sokamuturra (toro ensogado).El novillo o la vaquilla se confunden entre el personal en carreras y citas a, cuerpo limpio, como reminiscencia. del toreo vasco; ese toreo hecho sobre las piernas, atlético, de recortes y de quiebros.

Una hora más tarde, la plaza de Vista Alegre huele a miedo y a alcohol, sucia y sembrada de periódicos. Más tarde olerá a zotal y limpieza para ofrecer a las seis de la tarde un aspecto brillante.

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A este escenario saltarán hoy los toros de Pablo Romero, que cerrarán la feria. Sólo el número 4 mantiene las características más propias de esta ganadería, cárdeno y guapo de cara; entre los otros cinco abundan los de capa negra y toros paticortos, chatos y de mucho pecho.

Total, que hoy decimos agur (adiós) a una feria poco brillante, en la que ha fallado mucho la presencia de los toros, cuando en Bilbao ha sido siempre el eje principal de sus corridas generales.

En el aspecto cultural relacionado con el toro merece la pena destacar la exposición de pintura de Luis García Campos, con motivos camperos y vivencias del toro en óleos y gouaches, y la pintura táurica de Lluís Badosa, que, usa el toro como símbolo o como mito en unos tonos muy brillantes.

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