La huelga de la BBC
Con motivo de la huelga de la BBC por las interferencias del Gobierno de la señora Thatcher en un reportaje donde era entrevistado el que se supone jefe del IRA, Martin McGuinness, me parece que nos podríamos plantear la información de TVE al respecto, dejando aparte, sin embargo, las comparaciones entre ambas cadenas, tan lejos la una de la otra.En primer lugar podemos suponer e imaginar que TVE no recibe ningún tipo de presión gubernamental para que no sean emitidos programas relativos a aquello que se llama "terrorismo".
Pero es aquí donde nos hemos de plantear el papel de TVE, pues no hay ningún programa relativo al "terrorismo", aparte de las crónicas obligadas sobre los atentados, que pueda ser sospechoso de dar publicidad a este fenómeno, más bien al contrario.
Me parece no equivocarme si digo que nunca han sido entrevistados miembros de bandas armadas en activo y que tampoco no lo hago si digo que nunca se ha hecho un programa donde se expusieran los criterios de la gente que apoya la violencia, dejando a un lado si está bien o mal hecho.
Es decir, podemos llegar a la sencilla conclusión que mientras en Inglaterra tienen problemas para emitir un programa que habla de una difícil cuestión, en el Estado español estos problemas no existen porque nunca se habla ni se hace ningún programa sobre esta cuestión.
Todo esto lo puedo justificar con el ejemplo de la información sobre el entierro de Juan María Otegui, asesinado en Euskadi norte durante el fin de semana pasado.
Todo el mundo puede conocer que la Guardia Civil no permitió la asistencia de público al funeral y que tampoco dejó que el cadáver fuera introducido en la iglesia del pueblo, pero lo podemos saber por los diarios y las radios, nunca por TVE, que ni tan solo hizo mención de los hechos.
La solución queda pendiente, como siempre, de los dirigentes del ente, pero mientras hemos de sufrir las deficiencias de una información recortada o bien desconectada de TVE.
Al acabar sólo querría desear que la información disfrute de mejor trato por parte de un ente lo suficientemente desprestigiado como para mantener el lujo de hacer una política de recorte y censuras respecto a la información de determinados asuntos, por desagradables que éstos sean- , Barcelona.
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