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Los vecinos de San Pascual quieren que una familia gitana sea expulsada del barrio

A las doce de la mañana del sábado se efectuó el entierro del niño de dos años David García Caparrós, cuya muerte, ocurrida a las diez de la noche del jueves, atropellado por un muchacho gitano de 14 años, Bernardo Cortés, cuando se encontraba paseando por una acera con su abuela, ha indignado profundamente al barrio de San Pascual. Según varios de los cientos de vecinos que contemplaron la salida del cortejo fúnebre, la vecindad está "cansada de aguantar las tropelías y abusos fanfarronescos de los Bananos", apodo con que se conoce a la familia formada por los padres de Bernardo y diez hijos más.La gran mayoría de los pequeños comercios del barrio de San Pascual, situado a las espaldas del barrio de la Concepción, permanecieron cerrados desde la hora de apertura hasta el mediodía del pasado sábado, en señal de protesta por la muerte del niño y las circunstancias en que se produjo. El viernes por la noche, unas 400 personas se concentraron ante el edificio donde vive Bernardo y tuvieron que ser contenidas por fuerzas de la Policía Nacional.

Todos los testimonios recogidos entre vecinos de San Pascual coinciden totalmente en señalar a los Bananos como un clan familiar dedicado a la delincuencia. Varios de los hermanos mayores de Bernardo han sido detenidos en varias ocasiones.

"Los Bananos tienen atemorizado al barrio. Nadie quiere enfrentarse a ellos por temor a las represalias. Los escasos períodos de tiempo que los hermanos mayores han estado en la cárcel han sido un descanso, pero siempre vuelven", decía el sábado uno de los asistentes al funeral.

Bernardo Cortés no tenía antecedentes. Según el testimonio de personas que le conocen personalmente, "es un muchacho muy nervioso, tremendamente influenciado por el ambiente familiar, amigo de hacer el machito y de presumir de macarra".

El jueves, Bernardo pidió prestado su coche a una mujer de la que no se conoce su identidad, un Renault 5, matrícula M-2796-EC, y arrancó por la calle de Verdaguer y García. A la altura de la calle de Derechos Humanos, tal vez por la poca pericia del conductor, invadió la acera y arrolló a David García y a la abuela del pequeño, Francisca Marín, que quedó ingresada en el hospital Ramón y Cajal.

Fuentes policiales declararon ayer que el menor se dio a la fuga y no se le encontró cuando, al poco tiempo, funcionarios de la policía se personaron en su domicilio. Sin embargo, a la 1.30 de la madrugada del viernes, el menor se presentó voluntariamente en la comisaría de Ventas, en la calle de la Virgen de la Alegría. Bernardo Cortés fue trasladado por la policía al Patronato Tutelar de Menores, aunque, según varias personas que aseguran haberle visto asomado a la ventana de su casa, parece que se encuentra en libertad.

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