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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Psiquiatría polémica

En la colaboración aparecida en su diario a finales del pasado mes de julio del presente año sobre medicina y disuasión que firma Antonio Escohotado se hacen juicios sobre la psiquiatría, en mi opinión erróneos y poco fundamentados.Los requisitos que el autor solicita para poder "confiar" en los psiquiatras (especificidad precisa de diagnóstico y tratamiento y voluntariedad absoluta) desgraciadamente no se cumplen con frecuencia en el ejercicio médico general. Muchos recursos útiles son inespecíficos, y gran número de procesos médico-quirúrgicos son capaces de anular o disminuir el nivel de conciencia en quien los padece.

Por otra parte, se alude a que hay en nue stra profesión "deseos de cortar cualquier desviación", junto a una hiperadaptación sospechosa de connivencia con el poder establecido. Si olvida, sin embargo, que la mayor parte de las críticas hacia los abusos de la psiquíatría y la necesidad de la desinstitucionalización surgieron de su propio seno.

El ejemplo citado (y tomado de fuente tan rigurosa como TVE) del psiquíatra peruano que practica masivamente lobotoinías, a los cocainómanos sería, sin duda, condenado por cualquier asociación, escuela o tendencia psiquiátrica, y no es desde luego representativo.

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Ante el dilema de que socialmente pueda regularse "la intervención somatoterápica sin consentimiento" en determinadas situaciones, vale la pena tener presente la realidad. Frente a argumentaciones como la del señor Escohotado -cuyo desconocimiento del tema se ilustra con la equivocada identificación que efectúa entre deseos suicidas y depresión, por ejemplo- se plantea la existencia, no inventada por los psiquiatras, de trastornos de la salud mental.

En algunos de éstos (por cierto, poco frecuentemente), la disyuntiva es, proteger esa teórica libertad interna, que nosotros creemos destruida por la enfermedad, o respetar lo que nos parece el primer derecho de una persona. enferma, que sería recibir aquel tratamiento. capaz de aliviar su dolencia.

Los que día a día vivimos de cerca estas situaciones: profesionales de la salud. familiares de pacientes, trabajadores sociales... sabemos de casos muy alejados de "el homosexual,-la ninfómana, el indigente incómodo, el intelectual desviado, la cleptómana, el pródigo...", cuya condición y dignidad humana sí que está en lamentable situación. Y no por "la tortura o envenenamiento" de los psiquíatras, sino por la imposibilidad de tener acceso a una asistencia adecuada a su padecimiento. Éste si parece un problema ético y sociológico digno de atención.- Psiquiatra.

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