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El funeral por una abogada negra asesinada se convirtió en un mitin multitudinario contra el régimen surafricano

Un policía negro resultó muerto ayer cerca de King William's Town (al sureste de Suráfrica) al ser apedreado y quemado vivo tras el funeral de la abogada negra Victoria Mxenge, conocida defensora de los derechos civiles. Mxenge murió asesinada en extrañas circunstancias el día 1 de este mes y su muerte fue una de las causas que provocó la oleada de violencia de la semana pasada en la región de Durban. Su entierro, que congregó a miles de activistas del principal movimiento negro antiapartheid, el Frente Democrático Unido (UDF), se convirtió en un multitudinario mitin contra el régimen de Pretoria.

La muerte del policía negro se produjo cuando simpatizantes del UDF apedrearon una furgoneta llena de agentes del bantustán de Ciskei, cerca de King William's Town, donde se había celebrado el funeral por Mxenge. Uno de los oficiales, asustado, saltó fuera del vehículo y empezó a correr campo a través. Testigos presenciales manifestaron que fue rodeado y golpeado por la multitud, que a continuación le quemó vivo.Los compañeros del policía, aparentemente aterrorizados, no intervinieron, y la furgoneta abandonó el lugar a toda velocidad, chocando a su paso con varios vehículos. Otra persona de raza negra fue asesinada y su cuerpo fue quemado en un barrio de Pretoria.

Las personas que tomaron la palabra en el funeral, ante decenas de miles de personas, atribuyeron la muerte de Mxenge al sistema de segregación racial de Suráfrica. Denunciaron también al Gobierno de la minoría blanca y al movimiento Inkatha del jefe zulú Gatsha Buthelezi. (Buthelezi llegó ayer de visita oficial a Israel, cuyo primer ministro, el laborista Simón Peres, ha reafirmado la oposición de su país a la política de apartheid.)

Las intervenciones de los simpatizantes del UDF fueron agresivas incluso para lo que ha sido habitual en los recientes funerales por las víctimas negras de la violencia que azota al país. De hecho, los poderes especiales del Gobierno bajo el estado de emergencia están en parte orientados a impedir los discursos antiapartheid en los entierros, que menudo congregan a miles de asistentes furiosos.

Mxenge fue asesinada a tiros por unos desconocidos el pasado día 1 fuera de la barriada de Durban, donde estaba su casa. El abogado indio ciego Zac Yacocib denunció la semana pasada en Durban la violencia antiindia, diciendo de la abogada negra "Ella entendió claramente el significado de la igualdad racial y estaba dispuesta a morir por ello".

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"¿Quién la mató?", se preguntaba Yacoob. "Aunque no lo sabemos exactamente, sabemos esto: cualquiera que la matara, ha sido el apartheid o sus agentes. "Digámosle a esa gente que muchos, la mayoría de nosotros, estamos dispuestos a morir y que no podrán matarnos a todos".

Al menos 66 personas han muerto en la ola de vicilencia iniciada a comienzos de la semana pasada en la zona de Durban Numerosos miembros de la comunidad india se vieron obligados a huir de sus casas y se produjeron choques con grupos negros rivales.

Luchas entre indios y negros

Un mitin pacifista al que asistie ron ayer en Inanda (barriada negra al norte de Durban) un grupo de indios y miles de zulúes, cantando, con lanzas, escudos y pistolas, terminó convertido en un caos. Mientras los dirigentes del grupo zulú Inkatha manifestaban que se habían hecho con el control y que habían restaurado el orden, empezaron a verse columnas de humo negro que surgían de casas y coches en llamas, lo que enfureció a la multitud.

Los residentes culparon a los grupos de vigilantes indios que buscaban la venganza por las agresiones a su comunidad durante la semana pasada y cientos de guerreros zulúes emprendieron la búsqueda de los responsables de la venganza.

Un indio que regresó a Inanda para intentar recuperar lo que pudiera de su saqueada casa fue apedreado por la multitud, de acuerdo con las declaraciones de testigos presenciales.

Miembros de la policía y del Ejército permanecieron en la zona dentro de vehículos blindados, pero no intentaron controlar a los presentes.

El secretario general de Inkatha, Oscar Dhlomo, dijo a los congregados, que gritaban consignas de guerra y hacían chocar sus machetes y porras, que el UDF era responsable en buena medida de los disturbios. Mientras tanto, en Umlazi (barriada negra del sur de Durban) un portavoz del UDF culpaba a Inkatha del estallido de la violencia al reventar, la semana pasada, un mitin en memoria de Victoria Mxenge.

Winnie Mandela, la esposa del dirigente negro Nelson Mandela, condenado a cadena perpetua, reclamó ayer, en una entrevista a la BBC, la liberación "sin condiciones" de su marido. En iguales términos se pronunció Oliver Tambo, presidente del prohibido Congreso Nacional Africano, en una entrevista que publica hoy el semanario alemán occidental Der Spiegel.

La Casa Blanca ha advertido a Suráfrica de la existencia en EE UU de un "clima emocional" que puede endurecer la política norteamericana hacia ese país si Pretoria no acelera el abandono de su política racista, según declaraciones de un funcionario norteamericano recogidas por The New York Times.

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