Dificultades para el aterrizaje de la misión del 'Challenger', previsto para mañana
Técnicos de la Agencia Espacial Norteamericana (NASA) manifestaron ayer su temor a que los fuertes vientos imperantes en el desierto de Mojave dificultaran el aterrizaje del transbordador espacial Challenger en la base aérea de Edwards, en California.Los tripulantes de la nave, que aprovecharon el día de ayer para recabar más datos sobre los fenómenos solares, el cosmos y la atmósfera terrestre, descubrieron también algunos desperfectos en las losetas de aislamiento térmico que protegen la nave contra el calor que se produce al entrar de nuevo en la atmósfera a su vuelta a Tierra.
Los astronautas, por medio de una cámara sujeta al brazo mecánico del transbordador, descubrieron rasguños y abolladuras en las delicadas losetas negras de la parte inferior del vehículo espacial, aunque los técnicos del centro de control de vuelos en Houston consideraron que no había motivo para estar preocupados. Según David Leestma, jefe de la misión en Tierra, pudo apreciar por las imágenes recibidas, "la parte inferior parece encontrarse en mejor estado que en el último vuelo".
La inspección de las mencionadas losetas antitérmicas se llevó a cabo tras descubrir que fragmentos de material aislante habían quedado prendidos en la rampa de lanzamiento desde la que despegó el Challenger el pasado lunes.
El transbordador espacial, convertido ahora en un auténtico observatorio solar, volverá a Tierra el próximo martes, casi 24 horas más tarde de lo previsto, para poder aprovechar al máximo su misión científica y recuperar el tiempo perdido a causa de los problemas surgidos en los primeros días de vuelo.
Gordon Fullerton, comandante de la nave, se mostró satisfecho con la decisión de la NASA de prolongar un día más el decimonoveno vuelo del programa del transbordador espacial norteamericano. Fullerton integra la tripulación junto con el copiloto Roy Bridges y los especialistas Loren Acton, Karl Henize, John-David Bartoe, Story Musgrave y Anthony England.
Cosecha de datos solares
El fallo inicial del sistema computadorizado IPS, fabricado en la República Federal de Alemania y cuya función es orientar con perfecta precisión hacia el Sol cuatro telescopios -los más grandes jamás utilizados en el espacio- obligó a los astronautas a emplear otros métodos para orientar tres de estos cuatro telescopios hacia el Sol. A pesar de todo, obtuvieron con ello una "abrumadora" cosecha de datos sobre las explosiones nucleares en la superficie del Sol y fenómenos solares tales como manchas, vientos y destellos.El pasado viernes, finalmente, tras repetidos intentos, el aparato, de 60 millones de dólares, resucitó gracias a nuevas instrucciones enviadas desde Tierra.
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