La moda se expone en los museos de arte
El Centro Pompidou se rinde al poder de los creadores
Cuando la moda llega a ocupar un espacio privilegiado dentro de uno de los museos de cultura contemporánea más prestigiosos del mundo, entonces significa que por fin la moda está considerada como un arte mayor, que forma parte de la cultura y la sociedad para las que está concebida. El fenómeno es poco frecuente y cuando ocurre merece la pena observarlo y apreciarlo. Así que la exposición titulada La mode en direct, que se viene exhibiendo desde el pasado mes de junio hasta el 23 de septiembre en el Forum del Centro Pompidou de París, es extraordinaria. Simplemente por la multitud de personas que acuden diariamente de todos los puntos del globo (no es casualidad que las fechas coincidan con la época de mayor afluencia turística) y que tienen la oportunidad de contemplar un homenaje dedicado a la moda (que se hace en Francia) y a los jóvenes creadores (no necesariamente franceses), con amplia referencia a los ya consagrados, que han abierto el camino a estos nuevos talentos. El objetivo de la exposición, organizada por el Centro de Creación Industrial, Centro George Pompidou y la Agencia para la Promoción de la Creación Industrial, es destacar la importancia que existe entre el creador o estilista y la industria. Se hace un repaso de los últimos 25 años y la implantación del prêt-à-porter, de la minirrevolución de 1962, cuando la moda dejó de ser exclusiva de las elites y bajó a la calle, desatando todo un concepto nuevo que cambiaría para siempre la faz de la moda. A partir de entonces se convertiría en una industria creativa donde resultan imprescindibles los estilistas y las escuelas de diseño. La exposición incluye muestras de prêt-à-porter entre las que se aprecian piezas importantes de los grandes (Claude Montana, Dorothée Bis, Castellbajac, Thierry Mugler, etcétera) y de jóvenes vanguardistas. Las prendas recorren un raíl en movimiento constante, con accesorios y todos las piezas fundamentales para complementar un look.Desfile en vivo
También hay un audiovisual (lástima que sólo en francés) que relata las peripecias, traumas y triunfos de jóvenes estilistas recién salidos de las escuelas de diseño, con un repaso de la historia reciente del prêt-à-porter, destacando los modos y hábitos más relevantes de los últimos 25 años (los Beatles, el t-shirt, los vaqueros, el mono, los punks, los maquillajes y peinados). Cuenta con un desfile en vivo de Jean Paul Gaultier, el enfant terrible de la moda francesa y creador por excelencia.
Durante seis meses los organizadores conocieron a más de 200 estilistas y se dieron cuenta de que la profesión es extremadamente difícil. Cada creador tiene la obligación de hacer dos colecciones al año para lograr el éxito o al menos mantener la cabeza fuera del agua...
Masoquismo
La profesión no perdona la falta de calidad... Y que el estilista es tanto mejor cuanto pueda enfrentarse con las exigencias de los industriales (se calcula que se necesita un 30% de talento y un 70% de competencia técnica). Y lo más curioso de todo es el masoquismo, que obliga a someterse constantemente a los medios de comunicación, capaces de aplastarle a uno o llevarle a los pináculos. También llegaron a la conclusión de que París sigue siendo la capital de la moda, donde se viene a olfatear los nuevos vientos o instalarse para conseguir un status internacional, y que este fenómeno se viene ampliando desde hace tres o cuatro años.
En cuanto a la industria textil francesa, se queja de que sigue gozando de mala reputación, sobre todo por su falta de imaginación, flexibilidad y miedo al riesgo. Es imprescindible modificar ésta imagen; no en balde, gran número de estilistas afincados en Francia recurren a Italia para fabricar sus productos porque allí el industrial confía más en el diseñador.
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