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La reforma económica en China / y 3

España descubre tarde el mercado chino

La reforma económica china atrae actualmente el interés de todo el mundo. España llega tarde, pero tampoco quiere perder su oportunidad en un mercado prácticamente ignorado hasta hace poco por las empresas españolas. Una docena de firmas españolas ataca a fondo las posibilidades del desarrollo económico chino, y algunas de ellas cosechan ya resultados positivos. Los medios diplomáticos y económicos representados en Pekín ponen particular énfasis en la visita que efectuará a China el presidente del Gobierno español, Felipe González, del 2 al 10 del próximo mes de septiembre. Un enviado especial de EL PAIS visitó recientemente China.

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España tiene relaciones diplomáticas con China desde 1973. En 1978 los Reyes de España fueron los primeros monarcas europeos en visitar China, gesto que "los chinos no han olvidado", dice en Pekín Mariano Ucelay, embajador de España en China. Y en noviembre pasado visitó España el presidente de la República Popular China, Li Xiannian, estancia que fue seguida de otras visitas de altos responsables chinos en materia económica y comercial.El comercio bilateral ha experimentado un incremento considerable, teniendo en cuenta que casi partía de cero: en 1984 "España exportó por valor de 187 millones de dólares, e importó, principalmente petróleo, por valor de otros 110 millones de dólares en un mercado en plena expansión", comenta en Pekín Antonio Bonet, consejero económico y comercial de la Embajada de España.

En política comercial España no abrió una oficina comercial en Pekín hasta 1980. Tampoco en Hong Kong -uno de los centros comerciales más activos del mundo-, donde España continúa sin una delegación comercial en la considerada como la puerta de entrada para el mercado chino. Los asuntos de Hong Kong los llevan desde la oficina comercial de España con sede en Manila (Filipinas).

El Gobierno español parece, al fin, reaccionar en el área asiática y está en vías de instalación una oficina de Focoex, con sede en Hong Kong, para el mercado chino.

También abrirá sus puertas en septiembre una delegación operativa en Hong Kong del Banco Exterior de España, con una delegación en Pekín.

China ha abierto no una puerta, sino varias al exterior, principalmente en las nuevas economías especiales -y en las ciudades, de Shanghai, Cantón (Guangzhou) y Tiajin y Daliali. Sin embargo, para los productos españoles -no identificables por los chinos, como ocurre con otros productos de países europeos, por no decir ya los de Estados Unidos. o Japón- la entrada en China es muy difícil.

"La primera base es estar presente en Pekín o en Hong Kong; la segunda, la constancia, cuenta casi en el 60% o el 70% para pode lograr un negocio en China", expli ca Juan Margall, de Tabacos de Filipinas, un hombre de negocios con muchos años de experiencia en China. Margall considera que hoy por hoy el mercado chino no ofrece casi posibilidades para la venta de productos acabados, por que los chinos quieren ante todo tecnología y financiación para aprender a cooproducir ellos mismos. "China", dice Jordi Argente de Spanish East Asia Limited, "es un mercado de características únicas que requiere gran preparación y paciencia.

Desde el pasado 20 de diciembre 35 taxis y microbuses circulan por las nuevas avenidas de la zona especial económica de Shenzhen, bajo el patrocinio de capital español, con automóviles japoneses y bajo la dirección de un manager chino. Es un ejemplo práctico de lo que puede ser, entre otras, una modalidad para entrar en el mundo de los negocios chinos.

Cofinex, filial de la empresa española, de transportes Alsa, presidida por José Cosmei penetró en el mercado chino con una inversión directa en el sector que necesitaban los chinos para Shenzhen: el transporte. Actualmente negocian con Pekín la posible creación de una línea de servicios regulares de autobuses entre Hong Kong y Guangzhou, y han firmado los acuerdos para la creación de una agencia de turismo, al margen de otros proyectos en marcha.

Carlos Chu, un chino formado en España, con perfecto dominio del mandarín, el cantonés, el inglés y el español, es el hombre de Cofinex en Hong Kong, plaza que considera "ideal para penetrar en el mercado chino". Para Chu son muy importantes los problemas de mentalidad a la hora de negociar entre chinos y occidentales. "Los chinos", dice Carlos Chu, "siempre enfocamos los problemas desde una óptica global, mientras que los hombres de negocios occidentales tienen una visión más específica y concreta".

El espectacular crecimiento de la economía china -cuya producción industrial se disparó en el 23,1% en los últimos seis meseshace que exista una especie de necesidad de autocontrol para la inversión extranjera en China. Es probable que para los negocios pequeños o de exportación directa las cosas sean más difíciles, pero es evidente que las empresas españolas tienen su parte teórica de un mercado en clara expansión.

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