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CATALUÑA

Segundo atentado, contra la 'pizzeria' de un súbdito francés relacionado con la Mafia

Un artefacto de relojería hizo explosión ayer en la pizzería El Port, de la población costera de l'Escala (Alt Empordá), propiedad de la súbdita francesa Jacqueline Juzane, esposa de Jacques Cannavagio, uno de los extranjeros que aparecen en un informe sobre la Mafia en la Costa Brava. Esta es la segunda vez, en 16 días, que un artefacto estalla en ese restaurante. El pasado 17 de julio, otro bomba, de menor potencia, causó. varios destrozos en el local. La policía relaciona ambas explosiones con un empleado despedido hace unos meses, aunque también sigue la pista de otros dos individuos desde el anterior atentado.

La policía ha obtenido la declaración de una persona que vio al ex empleado del restaurante El Port merodear por las cercanías del local, en la madrugada del pasado día 16, horas antes de que estallara el primer artefacto, una bomba de escasa potencia, calificada por los expertos como "un petardo casero".Los investigadores no quisieron desmentir ayer que todas las pesquisas que se están realizando para esclarecer estos dos atentados giran en torno de ese ex empleado de la pizzería El Port, cuya identidad no ha sido facilitada.

Pese a estas sospechas, la policía sigue la pista de otras dos personas que el día 16, poco después de la citada explosión, desaparecieron del hotel de l'Escala donde se hallaban hospedados. Estas sospechas se fundamentan en que uno de los clientes utilizó el nombre falso de Michel Victor Lefebre para registrarse en el hotel, y que en la habitación que ambos ocupaban se encontraron huellas de sangre.

Lo que parece descartar la policía es que estos dos atentados contra la pizzería de la esposa de Cannavagio, sean las secuelas de una guerra sucia ni una lucha entre bandas mafiosas rivales. "Se trata de un tema de tono menor, aunque varios inspectores especializados en delincuencia internacional están sobre el tema desde hace dos semanas", comentó a este diario un mando policial, que confirmó, una vez más, que el historial policial de Cannavagio permite "pensar que hay alguien que quiere atemorizarle o, simplemente vengarse".

La bomba que hizo explosión a las 4.00 horas de ayer en la pizzería fue colocada, según la policía, la noche del martes. El lugar elegido por la persona que colocó el artefacto no pudo ser mejor. "La bomba estaba en el suelo, junto a la puerta, de manera que al estallar el ángulo que forman las dos paredes y el suelo contribuyó a que la explosión fuera más fuerte explicó ayer un policía, que confirmó que "aún no se conoce la composición del artefacto, pero tenemos sospechas de que en esta ocasión se han esmerado mucho más que en el primer atentado".

Presunta extorsión

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La policía está investigando también la relación de estos dos atentados con la presunta extorsión que están sufriendo algunos establecimientos costeros durante los meses de verano, chantaje que la esposa de Cannavagio quizá no está dispuesta a sufrir. Según parece, algunas bandas organizadas estarían cobrando a discotecas, restaurantes y bares de la Costa Brava una cuota por todo tipo de protección. La semana pasada varios extranjeros fueron detenidos por extorsionar a propietarios de locales.

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