La 'dura' reestructuración de la plaza de Chamberí provoca una polémica
La reestructuración de la plaza de Chamberí, situada en la confluencia de las calles de Santa Engracia, Eduardo Dato y Luchana, ha motivado opiniones opuestas entre el vecindario y colectivos profesionales. Para algunos, las obras realizadas significan una mejora considerable respecto a la situación anterior; para otros, entre los que son mayoría los colectivos profesionales, el resultado es una actuación dura en un recinto despersonalizado y frío. Sin embargo, la mayoría coincide en cuestionar la ruptura que produce el pórtico de arcos que enmarca la plaza respecto al entorno de la misma.
Numerosos curiosos y vecinos han seguido paso a paso las obras que desde el pasado mes de noviembre se vienen realizando en la plaza de Chamberí. "Al principio", relata una vecina del barrio que vigila el juego de sus hijos en la plaza, "no nos gustó que comenzaran a levantar una especie de muro rodeando la plaza. Pero ahora, una vez terminada, muchos opinamos que la plaza ha quedado más amplia y aislada, lo que facilita la diversión de los niños y la tranquilidad de los ancianos que vienen a charlar y tomar el sol".Otro grupo de vecinas que viven en las calles colindantes a la plaza aseguraron que "el pórtico sólo va a servir para facilitar el refugio a borrachos y mendigos, y como lugar donde acumular basuras". Varias personas residentes en los edificios que dan a la plaza manifestaron que "el interior ha quedado mejor, aunque todavía está un poco desolado porque no hay zonas verdes. Sin embargo, la visión desde el exterior, sobre todo viniendo desde la calle de Luchana, es desastrosa, parece que te encuentras con un paredón en lugar de una zona de esparcimiento.
Aislar los jardines
La reestructuración de la plaza de Chamberí, cuyo presupuesto ha sido de unos 60 millones de pesetas, consiste en un pórtico abierto en forma de ele que enmarca la plaza, cuyo objetivo es aislar los jardines de la circulación rodada. En el interior, la zona central, hundida 60 centímetros en relación al nivel de la calle, es de tierra, y está bordeada por bancos corridos. En una zona algo más elevada se sitúa un parque infantil.Luis del Rey, miembro de la junta de gobierno del Colegio de Arquitectos de Madrid, calificó ayer las obras de la plaza como "una actuación urbanística dura, cuyo resultado ha sido una plaza fría y despersonalizada". Del Rey añadió que "el mayor defecto es que se ha obviado el entorno en el que está situada la plaza".
La concejala del distrito, Pilar Fernández, explicó que "la frialdad del interior de la plaza desaparecerá cuando se le dote de mobiliario urbano y crezcan los árboles del interior". Fernández, a pesar de calificar la actuación en la plaza como "fuerte", aseguró que el resultado es positivo para los transeúntes. "Se ha ganado espacio", añadió, "y se ha conseguido establecer una frontera entre los vehículos y las personas que acuden a la plaza".
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