_
_
_
_
10º aniversario del Acta de Helsinki

Estados Unidos y la URSS renuevan su compromiso con el Acta de la CSCE y se acusan mutuamente de no cumplirla

Los ministros de Asuntos Exteriores de EE UU y la URSS expresaron ayer en Helsinki su fidelidad a los principios y objetivos del Acta Final de la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), al tiempo que intercambiaron acusaciones de inclumplimiento del documento, firmado en 1975 por 35 países en la capital finlandesa. El representante soviético, Eduardo Shevardnadze, responsabilizó a Estados Unidos de los obstáculos que impiden avanzar hacia el desarme y la mejora de las relaciones Este-Oeste, en tanto que su homólogo estadounidense, George Shultz, desgranó una lista de violaciones de los derechos humanos en la URSS.

Más información
El enfermo imaginario

Shultz y Shevardnadze protagonizaron ayer un diálogo de sordos. El secretario de Estado norteamericano hizo una introducción general sobre los objetivos últimos de los acuerdos de Helsinki, y se extendió en el análisis del cumplimiento del tercer cesto, dedicado a los derechos humanos. Estaba previsto que Shevardnadze destacara la vigencia actual de los compromisos firmados hace una década e hiciera un amplio repaso de los escasos avances registrados en la cooperación económica y en materia de defensa. Así ocurrió.Ambas intervenciones coincidieron es que los fracasos actuales no deben matar la esperanza, y expresaron su determinación de seguir avanzando en la línea marcada por el Acta. Shevardnadze declaró que Ios intereses vitales de los países europeos requieren que Europa avance por el camino que señala el Acta de Helsinki". Y Shultz dijo: "Todavía hay algunas cosas que merecen nuestra esperanza: la idea de que la libertad puede seguir creciendo en Europa, incluso en esas zonas oscuras situadas tras el muro, y de que la paz puede reinar en este continente, a pesar de la persistente confrontación entre el Este y el Oeste".

Shultz y Shevardnadze expusieron las interpretaciones opuestas del Acta que hacen sus países. "Fue una expresión de la tradición humanista europea", dijo el norteamericano. Fue un llamamiento para un mayor flujo de información, ideas y gente. Ofreció la posibilidad de una mayor cooperación entre los Estados y los pueblos (...) Reconoció que la seguridad, los lazos económicos, los derechos humanos y los contactos entre la gente son todos igualmente importantes y están mutuamente relacionados. La paz depende de la totalidad de nuestras relaciones".

Fue el soviético quien intervino primero, y abrió, por ello, el turno de acusaciones. "Se han seguido desplegando en Europa", dijo, "nuevos misiles norteamericanos de primer ataque (...) La OTAN adopta programas para desarrollar armas convencionales ultramodernas, cuya capacidad destructiva se aproxima mucho a la de las nucleares, al tiempo que adopta una doctrina agresiva para utilizarlas. EE UU ha emprendido un programa a gran escala para el desarrollo de las armas químicas más complejas".

"Washington", prosiguió Shevardnadze, "pretende también poner en cuestión tratados de larga vigencia que limitan tanto las armas estratégicas ofensivas como los sistemas balísticos antimisiles. En otras palabras, lo que se había conseguido con mucho esfuerzo para limitar y restringir la carrera de armamentos, está siendo borrado de un plumazo. La Administración estadounidense trata de poner en práctica su programa de la guerra de las galaxias, cualquiera que sea su significado. Su intención es implicar también a los aliados en este peligroso proyecto. La realización de estos planes presenta implicaciones serias y negativas para la seguridad mundial y en Europa. Los pueblos esperan mucho de las conversaciones soviético-estadounidenses sobre armas nucleares y espaciales. La falta actual de progresos no puede sino frustrarles". Concluyó su exposición de cargos con la siguiente advertencia: "Hay una cosa que debe quedar clara. Si alguien piensa negociar con la Unión Soviética desde una posición de fuerza, debe abandonar enseguida esas ilusiones".

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Otro apartado de acusaciones desarrollado por el soviético, aunque con menor amplitud que el precedente, fue el denominado segundo cesto, que se refiere a la cooperación económica y tecnológica. "Es tiempo de poner fin a prácticas inadmisibles en las relaciones entre Estados, como son las distintas sanciones y a los rechazos arbitrarios de cumplir los acuerdos establecidos".

George Shultz, que en su intervención hizo un llamamiento para el control urgente de la proliferación de las armas químicas, no se refirió a ninguna, de estas cuestiones ni argumentos y centró sus acusaciones en el capítulo de los derechos humanos. Tras reconocer que el Acta de Helsinki había tenido algún efecto beneficioso para la circulación de periodistas y de ciudadanos en general entre los dos bloques, denunció las restricciones a la emigración de judíos y a la libertad de movimientos de ciudadanas soviéticas casadas con norteamericanos.

El caso Sajarov

Shultz desgranó el rosario de todos los condenados en la URSS por sus disidencias de distinto signo, hasta llegar al más famoso de todos ellos. "Finalmente", dijo, "el hombre que hoy representa mejor que nadie los ideales del Acta de Helsinki, Andrei Sajarov, continúa totalmente aislado del mundo exterior, en el exilio, probablemente todavía en Gorki. Mientras yo hablo aquí, tal vez se encuentre en un hospital, como consecuencia de la última huelga de hambre que ha protagonizado para pedir que su amada esposa reciba un tratamiento médico decente".

Shevardnadze, anticipándose a estos ataques, había afirmado que "en la Unión Soviética existen garantías materiales y legislativas para el pleno ejercicio de los derechos culturales, económicos, políticos y sociales, así como de las libertades del individuo". "Es preciso tratar", dijo también, "una línea entre las diferencias ideológicas y las relaciones interestatales. Nuestro país no permitirá nunca que nadie se interfiera en sus asuntos internos".

Los representantes soviéticos y norteamericanos se reúnen hoy en privado para preparar la cumbre Reagan-Gorbachov del 19 y 20 de noviembre próximos.

Más información en la página 12

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_