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CIENCIA

Nuevo intento de lanzar el 'Challenger' el próximo lunes

La agencia espacial norteamericana tiene previsto intentar nuevamente el lanzamiento del transbordador norteamericano Challenger el próximo lunes, tras el fracaso del primer intento el pasado 12 de julio. El lanzamiento está previsto para las 21.23, hora peninsular, a pesar de que las investigaciones no han dejado clara la causa de la interrupción del primer lanzamiento, que se debió a una orden dada por el ordenador de a bordo al detectar el supuesto mal funcionamiento de una válvula en uno de los tres motores.

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Cuando el transbordador Challenger despegue de su plataforma de lanzamiento en cabo Cañaveral (Florida), lo más probable es que el comienzo de su misión de siete días pase inadvertido para el agricultor de un país en desarrollo, para el anciano víctima de desequilibrios en su sistema óseo o para el especialista en telecomunicaciones que más de una vez ha tenido problemas en las transmisiones.Pero el viaje de la tripulación de siete cosmonautas y especialistas tiene tanta importancia para ellos como para el éxito de futuras misiones de estas naves reutilizables. Tanto es así que el vuelo comenzará a pesar del fallo de uno de los tres ordenadores que deben controlar los 14 experimentos que se llevarán a cabo a bordo de la nave. Se trata, según el doctor Dan Spicer, de "un riesgo calculado" de los científicos.

El Challenger comenzará su vuelo llevando en su compartimiento de carga tres plataformas del laboratorio espacial Spacelab, que, por valor de 1.000 millones de dólares (165.000 millones de pesetas), construyó la Agencia Espacial Europea.

Una de las investigaciones pretende determinar el flujo del llamado viento solar, que origina las auroras boreales o tormentas magnéticas capaces de perturbar las comunicaciones por radio a través de la ionosfera. Los físicos creen que el análisis del fenómeno les permitirá pronosticar cuándo ocurrirán esas tormentas, previniendo así posibles interrupciones de señales de radio o interferencias.

Otro experimento tratará de determinar los efectos de la microgravedad en la producción de lignina en las plantas. La sustancia suministra a los vegetales la rigidez necesaria para superar los efectos de la gravedad terrestre. "Pero los seres humanos no somos capaces de digerirla, lo cual disminuye el valor alimenticio de ciertas plantas. Estoy seguro de que el experimento puede contribuir a mejorar su potencial alimenticio", añadió.

El otro experimento cuyos beneficios pueden ser más inmediatos y tangibles, aseguró Spicer, es el destinado a comprobar las causas de la desmineralización ósea y los desequilibrios minerales que se producen durante vuelos espaciales prolongados. "La investigación no sólo beneficiará a las personas que viajan al espacio. Puesto que el proceso se acelera durante estos vuelos, las conclusiones pueden contribuir a la curación de una variedad de enfermedades óseas, la mayoría relacionada con la ancianidad".

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