Detenidos dos ciudadanos de Zimbabue, que habían cenado con el embajador español poco antes de ser asesinado
Dos ciudadanos de Zimbabue que habían cenado con el embajador de España en ese país, José Luis Blanco-Briones, asesinado el lunes, fueron detenidos el martes por la tarde en Harare. Este hecho viene a contradecir las anteriores informaciones según las cuales el embajador había cenado en el restaurante De Carvery sólo con los técnicos de la empresa aeronáutica española CASA Pedro Mateu Cubells y Jesús Martínez Ziganda. Al cierre de esta edición se ignoraba quiénes son los dos detenidos y qué relación mantenían con el embajador.
La detención de los dos ciudadanos de Zimbabue se produjo después de que la policía de Harare interrogase minuciosamente al gerente y a los empleados del restaurante de Harare. Fueron, pues, cuatro personas, y no dos, las que compartieron la mesa del embajador horas antes de que éste fuese asesinado en un descampado del elegante barrio residencial de Mountpleasant (Harare), en un lugar apartado del recorrido que José Luis Blanco-Briones debía haber seguido para regresar desde el restaurante a su residencia.Los dos ingenieros españoles seguían anoche detenidos, una vez que pasaron ya las 48 horas preceptivas para concluir las primeras indagaciones. Sin embargo, no existe ninguna acusación contra ellos, lo que hace creer que la prolongada detención se debe sólo a los deseos de la justicia de obtener mayor información sobre el caso. En días anteriores, tanto fuentes diplomáticas españolas como de la empresa CASA daban por seguro que ambos iban a ser puestos en libertad ayer.
Extraña omisión
Una fuente diplomática afirmaba ayer en Harare que resulta muy extraño que los dos ingenieros españoles no hubiesen hecho inmediata referencia a la presencia en el restaurante de los dos ciudadanos de Zimbabue detenidos. En opinión de esta fuente, fue necesario que la policía investigara en el restaurante para saber qué personas más habían cenado con el embajador.
El caso continúa emocionando a la opinión pública de Harare, y especialmente a la colonia diplomática, que hasta el momento no se planteaba grandes problemas respecto a su seguridad. La expectación suscitada por el asunto hace especialmente difícil deslindar dónde comienzan los rumores y dónde la verdad.
Otra fuente diplomática afirmaba ayer que no hay que descartar las motivaciones políticas en el asesinato del embajador. Estas motivaciones, según esta fuente, no parecen estar relacionadas con la nacionalidad española del embajador, sino con las cuestiones específicas del África austral.
Provocar la desestabilización
En esta región sucede a veces que se recurre a fórmulas marginales como medio para llamar la atención de determinados planteamientos políticos. Según esta fuente, la reciente victoria electoral del primer ministro, Robert Mugabe, y las posteriores declaraciones antirracistas que hizo en términos un tanto radicales desagradaron a los que en esta región pretenden mantener una clara hegemonía frente a los países que combaten el racismo.
En este sentido, muertes como ésta pueden provocar la desestabilización y crear aprensión entre los Gobiernos extranjeros, que pueden comenzar a pensar que el régimen de Mugabe no es capaz de garantizar el orden y que fomenta al mismo tiempo el racismo antiblanco.
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