Degrelle se defiende
Soy Leon Degrelle. Me da pena contradecir a una mujer, sea o no judía. La señora Violeta Friedman (¡Violeta!, ¡qué nombre tan bonito) me ha descrito en su carta a EL PAIS (17-VII-85), como un verdugo, ordenando "Matanzas gigantescas": "En la retaguardia los Waffen SS hicieron matanzas gigantescas y supongo que él, en su condición de general, debió de dar órdenes sin cesar. Degrelle no mintió cuando dijo que él no había matado a nadie; sólo dio las órdenes". Lamento contestar que nunca di órdenes como las que imagina el entusiasmo de dicha señora. No las di, ni tampoco tuve nunca ocasión de darlas. Primero: no luché nunca en la retaguardia; no falté a ninguno de los combates de mis soldados en la línea de fuego. Segundo: dudo mucho que alguna unidad de Waffen SS se haya dedicado nuna a tales "matanzas". Nosotros, es decir, un infflón de voluntarios de las Waffen SS, de los que 600.000 eran no-alemanes, teníamos que asumir el único y peligrosísimo papel de tropas de choque, siempre los primeros para abrir la brecha en las ofensivas, o bien contener las rupturas de los soviéticos. Así murieron 402.000 muchachos de las Waffen SS, belgas, franceses, holandeses, noruegos, daneses, húngaros, croatas, rumanos etcétera. ¡E incluso españoles!No tenían las mismas convicciones que la señora Friedman, pero ofrecieron con fe y con valor su vida por su ideal. Me parece poco elegante tratarlos a ellos y a sus jefes de "criminales", cuando su única actuación consistió no en matar a nadie en la retaguardia, sino en morir, equivocados o no, para salvar del comunismo a sus respectivas patrias y a Europa.
Tampoco puedo dejar a la señora Friedinan pretender que yo dije que "los campos de concentración eran mentiras". Es falso. La desafío a reproducir un texto mío con tal afirmación. Existieron campos de concentración en Alemania, es evidente, como, antes, bajo dominio inglés, y entre 1939 y 1945, en Francia. En estos últimos murieron 15.000 "rojos" españoles, como lo reveló EL PAÍS. !Dos veces más que en los campos alemanes! De todas maneras, ni yo ni uno solo de mis soldados belgas de las Waffen SS supimos nunca nada de tales campos. Nuestro único campo fue el campo de batalla, donde los judíos no proliferaron. He visto uno, uno sólo, en cuatro años, en un valle del Caúcaso, y no le toqué ni un pelo.
No comprendo bien por qué hay .que alimentar los odios sin fin con divagaciones. ¿Vamos a envenenar el mundo durante siglos? Los españoles han conocido los horrores de las tropas de Napoleón, ¿los echaran sin fin a la cara de los franceses? ¿Entre los españoles mismos, van a tacharse ustedes eternamente de "criminales", de izquierda o de derecha, según su ubicación en las trincheras entre 1936 y 1939? Peor, cuando los "crímenes", como los que me imputa esta tan amable señora Friedman, son totalmente falsos.
No dudo de su sinceridad. Cuarenta años de polémica ciega han hecho sus estragos. Cuando quiera, venga a verme, la recibiré con gusto y la convenceré.-
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