La familia de la niña secuestrada no pudo identificar a ningún sospechoso en el archivo fotográfico de la policía

Todos los miembros de la familia de Julia Ramírez, la niña de seis meses secuestrada el pasado día 17, acudieron el viernes por la tarde a las dependencias de la Jefatura Superior de Policía, situada en la Puerta del Sol, donde revisaron, sin éxito, fotografías de los archivos policiales para tratar de identificar a los autores del secuestro. La familia tampoco reconoció, en un retrato robot realizado por la policía, a la mujer que intervino en la desaparición de la niña. Mientras, gitanos llegados de toda España recorren la ciudad en busca de una pista para recuperar a la niña.

El retrato robot de la mujer que secuestró el pasado miércoles a la niña de raza gitana Julia Ramírez no corresponde a la imagen que recuerdan la hermana y las dos primas que acompañaron a la pequeña en el momento del secuestro.Los padres y los ocho hermanos de Julia Ramírez acudieron alrededor de las nueve de la noche del pasado viernes a las dependencias de la Jefatura Superior de Policía, en la Puerta del Sol de Madrid, para tratar de identificar a un posible sospechoso. El padre de la niña secuestrada, Andrés Ramírez, explicó ayer que permanecieron en la comisaría durante más de una hora sin encontrar ningún parecido entre las fotografías que les mostraron y las tres personas que se llevaron a su hija.

500 fotografías

"Por lo menos nos enseñaron 500 fotografías", dice Ramírez, "pero ninguna se parecía a los que nos quitaron a la niña". Ayer, toda la familia, acompañada de otros miembros de la comunidad gitana, permanecía en el edificio en ruinas que habita en la calle de la Condesa de Venadito, en las proximidades de la avenida de Arturo Soria, esperando recibir nuevas noticias sobre el paradero de la niña."Tenemos esperanzas de que nuestra hija aparezca", dijo Andrés Ramírez, en tono apesadumbrado, "y vuelva con nosotros sana y salva". Sin embargo la madre, sin poder contener las lágrimas, se mostraba más pesimista. "Lo han dicho en los periódicos, en las radios, en la televisión", repetía, "y nada de nada".

Mientras la policía continúa la búsqueda, hasta ahora infructuosa, gitanos llegados de diversas partes de España recorren Madrid buscando una pista que les conduzca hasta los autores del secuestro. Las furgonetas utilizadas para la recogida de chatarra o cartón se han convertido en el medio de transporte de estos espontáneos rastreadores, que peinan Madrid en turnos y vuelven al edificio de Arturo Soria para dar el parte, hasta ahora negativo, de sus pesquisas.

"Sabemos que es muy difícil", dice el padre, "encontrar a nuestra hija. Pero no podemos quedarnos cruzados de brazos esperando". Ramírez dice que no quieren venganza, "sólo recuperar a la niña".

La familia de Julia Ramírez dijo ayer que el bebé tiene seis meses de edad, y no cuatro como se ha publicado en otras informaciones. "La señora que se la llevó", dijo la madre, "venía buscando una niña de unos cuatro meses para un anuncio, y por eso dijimos que tenía esa edad".

Los secuestradores, una mujer de unos 40 años y dos jóvenes que aparentaban 18 años, conversaron con una prima de la pequeña Julia, quien les condujo al edificio donde habita la familia, engañada por la promesa de un falso anuncio publicitario.