_
_
_
_

Las consecuencias políticas de la enfermedad de Reagan

( ... ) A diferencia del primero, este segundo incidente tendrá al menos el mérito de precipitar el proceso de traspaso de poderes en caso de incapacidad del jefe del Ejecutivo, un proceso del que se asombra uno, por otra parte, que no haya sido puesto a punto, de derecho como de hecho, con anterioridad. Mientras que la conducta de las relaciones internacionales, incluidas las guerras, ha podido durante siglos acomodarse muy bien a un vacío temporal de poder a la cabeza de las grandes naciones (toda decisión, la más importante, podía diferirse durante varios días), no ocurría lo mismo desde el instante que el arma nuclear inviste al jefe del país que la posee del poder de reaccionar rápidamente, con una decisión irreversible, a una agresión o a una crisis. Ahora bien, si se podía siempre despertar al presidente durante la noche, ¿qué hacer si se encontraba, aunque fuese por unas horas, en estado de anestesia total sobre una mesa de operaciones? ¿Quién debía y podía en esas condiciones apretar el botón?En Estados Unidos, el problema ya había preocupado a Eisenhower, víctima de numerosos accidentes cardiacos, durante su presidencia. Pero fueron necesarios cerca de 10 años y el asesinato de su sucesor para que la enmienda constitucional puesta en marcha debido a su iniciativa adquiriera fuerza de ley.

Ratificada en 1967 solamente, esta 25ª enmienda ha desempeñado por primera vez el sábado pasado, cuando Reagan se decidió a avisar oficialmente a los dirigentes del Congreso que investía temporalmente a su vicepresidente, Bush, de los poderes de su cargo. ( ... )

El mismo problema se plantea en otros países, pero a menudo se oscurece por la manía del secreto que rodea al estado de salud de los dirigentes políticos. Se opondrá una vez más el desborde de informaciones que ha inundado durante algunos días la Prensa y las pantallas americanas sobre los intestinos de Reagan al mutismo de los responsables franceses cuando la enfermedad de Georges Pompidou.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

16 de julio

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_