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Violación generalizada en la URSS de las leyes que protegen la 'propiedad socialista', según el fiscal general

Pilar Bonet

La sociedad soviética, desde el simple trabajador hasta los ministerios, pasando por el aparato de justicia, reacciona con indolencia, comprensión y complicidad ante la violación generalizada de las leyes que protegen la propiedad socialista. Así lo ha constatado la última sesión del Soviet Supremo de la URSS (Parlamento formal), ante el cual presentó un informe el fiscal general, Alesandr Rekunkov. Una de las primeras disposiciones firmadas por Andrei Groiniko en su calidad de presidente del Presidium del Soviet Supremo (jefe del Estado) trata de reforzar el papel de la Fiscalía para potenciar el desarrollo económico.Bajo el mandato de Mijail Gorbachov, que es él -mismo abogado de formación, la URSS pretende sacar de su postración al aparato de justicia para que las numerosas leyes existentes no sean tan sólo papeles por los que nadie parece sentirse verdaderamente afectado en su actividad laboral. Anteriores intentos de revitalizar la Fiscalía del Estado chocaron con la-faltade posibilidades de ésta pata hacer cumplir las leyes y Con los conflictos de intereses que acarrea la subordinación de los fiscales al partido comunista.

El Ministerio del Interior, el Comité de Seguridad del Estado (KGB) y la Fiscalía del Estado disponen de sendos aparatos de investigación criminal, pero el aparato de la Fiscalía: es el más débil. Sobre el papel, los fiscales autorizan arrestos, persiguen delincuentes e inspeccionan prisiones. El fiscal general, que en teoría supervisa la Administración en su conjunto, es el canal donde se examinan las quejas de los ciudadanos ante el poder.

La teoría no se corresponde con la práctica, y en la disposición firmada por Groiniko se acusa a la Fiscalía de haber sido negligente ante el derroche y falta de disciplina de ministerios y empresas, de poco rigor ante los delitos económicos y falta de energía: contra el crimen y la delincuencia juvenil. La Fiscalía, señala la disposición, "ha cometido serias negligencias" en la profilaxis y lucha contra el alcoholismo, el parasitismo y la obtención de recursos no,procedentes del trabajo. Además, tampoco ha examinado a conciencia las quejas de los ciudadanos.

La lucha contra los sobornos, robos, especulación, derroche, producción de mala calidad, falsificación de datos para fingir el cumplimiento de los planes, violación de la legislación laboral, la destrucción del medio ambiente por parte de las industrias -Y los ingresos del trabajo negro se encuentran hoy entre los objetivos inmediatos de la Fiscalía del Estado, de acuerdo con el documento aprobado por el Soviet Supremo.

Estos fenómenos son males cotidianos en la economía soviética. En el capítulo de robos contra la propiedad socialista están incluidos el Ministerio de la Industria y las empresas relacionadas con el transporte, donde la gasolina destinada al traslado de bienes acaba en parte siendo vendida a los conductores privados a precios más baratos que en las gasolineras.

Según Rekunkov, en los últimos años la Fiscalía investigó en 35 ministerios y organizaciones en los últimos años, y encontró "una significativa cantidad de violaciones de la disciplina estatal, laboral, del plan y de los contratos". En 1984 se efectuaron 230.000 demandas en defensa del Estado, y éste medió en 120.000 casos de incumplímiento de contrato.

En Uzbekistán, grupos organizados trabajaban el algodón en provecho propio y por cuenta del Estado. En Aserbaiyán, Astrakán y otros lugares, los sobornos y los robos funcionaban también de forma organizada, y en la República Autónoma Tártara, Jabarobsk y otros lugares, la lucha contra la criminalidad es indolente. Procesos y castigos han sido aplicados a quienes falsificaban los datos, pero ello no ha producido un "giro sustancial" en la erradicación del fenómeno.

Hasta los mismos funcionarios de la Fiscalía se ven implicados en la violación de las leyes, y por ello han sido relevados,una serie de dirigentes de esta organización, cuya cifra exacta no dio Rekunkov.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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