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CATALUÑA

Durante 25 años han existido irregularidades contables en la Casa de la Caritat de Barcelona

Un informe interno de la Diputación de Barcelona revela que durante 25 años la Casa de la Caritat, en la que funciona una imprenta que edita todo el material de la corporación provincial y de otras instituciones, Incluido el Boletín Oficial de la Provincia y el Diario Oficial de la Generalitat, ha tenido una contabilidad irregular, unos beneficios hinchados y una distribución "de dudosa legalidad" de los mismos entre altos cargos. Según los autores del documento, la imprenta ha funcionado como una empresa privada, a pesar de su carácter público.

La Casa de la Caritat era una institución privada de beneficiencia, creada en 1802 por el rey Carlos IV, que se financiaba parcialmente por los trabajos de sus talleres de imprenta y sastreria hasta los años 50, en que pasé a depender de la Diputación de Barcelona. Entonces sus servicios asistenciales se trasladatron a los Hogares Mundet, quedando únicamente los talleres en el antiguo recinto.Según un informe interno hecho por la Diputación, los servicios asistenciales se integraron con normalidad en la filosofia pública de la corporación, pero los talleres siguieron actuando como una empresa privada, a pesar de la nueva estructura legal.

En 1980 un primer informe jurídico alertó sobre las posibles irregularidades de la escuela-imprenta de la Casa de la Caritat, y en 1983 se creó la Fundación Pública Casa de Caritat para zanjar el asunto. En octubre del mismo año los técnicos contables de la Diputación de Barcelona iniciaron un arqueo de caja de los servicios industriales de la institución.

Los beneficios declarados por la imprenta de la Casa de la Caritat -el taller más importante de la entidad, al desaparecer los otros- desde 1958 hasta 1982 fueron de 128 millones de pesetas. La investigación pone ahora al descubierto que esa contabilidad era, según el documento, "engañosa", como resultado de un "irregular" sistema de funcionamiento.

Las anomalías detectadas son inexistencia de presupuestos aprobados por la Diputación, asumción por la gerencia de facultades que no le correspondían, contabilidad no controlada por la Intervención de Fondos, cuentas anuales no supervisadas, inobservancia del sistema de cuentas de pérdidas y ganancias y fondo de reservas, y adquisición de maquinaria en régimen privado...

La consecución de beneficios y su reparto entre los altos cargos de la casa era fruto de "una operación engañosa" en opinión de los autores del informe. El actual presidente de la Diputación, el socialista Antoni Dalmau, abolió en enero de 1983 esta fórmula, y desde entonces todos los beneficios se ingresan en la caja provincial.

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