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El grupo ENDESA obtuvo unos beneficios de explotación de 75.000 millones en 1984

El grupo eléctrico público de ENDESA obtuvo un excedente de caja (cash flow) de cerca de 75.000 millones de pesetas en 1984, en el primer ejercicio que ha funcionado como holding integrado, según manifestó ayer, en una reunión informativa, Feliciano Fuster, presidente de la Empresa Nacional de Electricidad (ENDESA). La mayor parte del excedente correspondió a la propia ENDESA, que tuvo un cash flow (beneficio más amortizaciones) de 56.497 millones de pesetas.

De este resultado de explotación, la empresa Endesa destinó en 1984 la cifra de 26.134 millones de pesetas a beneficio antes de impuestos y el resto, a amortizaciones y reservas. La empresa pública continuó siendo la primera productora de energía eléctrica del país con una cuota del mercado del 21,2%. Las inversiones realizadas alcanzaron la cifra de 50.713 millones de pesetas.El balance del grupo Endesa fue positivo en todas sus empresas. Al margen del ya reseñado para la propia empresa matriz, todas las demás, incluida Enher, obtuvieron beneficios. Así, Enher terminó el año con un beneficio de unos 2.000 millones de pesetas, los mismos que Encasur; los resultados de Gesa fueron de unos 800 millones y los de Enelco, de 620 millones.

Intercambios

Feliciano Fuster, al presentar a la prensa los resultados, señaló que "no todo son pérdidas en el sector público". Corroboró que los beneficios no sólo corresponden a la actividad eléctrica, sino que una parte importante son resultado de las actividades mineras de la sociedad.Parte de los excedentes de Endesa serán destinados al saneamiento de la Empresa Nacional Hidroeléctrica del Ribagorzana (Enher), sociedad que este año, después de un año de no distribuir dividendo, acordó destinar un parte de sus beneficios para compensar a los accionistas con un dividendo del 6%.

Feliciano Fuster comentó el reciente acuerdo-marco en los intercambios de activos y manifestó que algunos de los números avanzados en el denominado informe Rivero no colmaban las aspiraciones de las empresas eléctricas involucradas.

En este sentido, avanzó que existe un deseo de las empresas por llegar a un acuerdo, "aunque parece faltar una voluntad paralela". Centró el problema en la falta de entendimiento entre Iberduero y Unión-Fenosa, y añadió que el grupo público estaba a la espera de que se llegara a un acuerdo entre estas dos empresas.

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