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Reportaje:Proyectos para el Museo del Prado

La autonomía hace soñar al director de la primera el pinacoteca española

ÁNGELES GARCÍALos responsables del Prado sueñan cada día con su inmediato autogobierno. Una vez concedida la autonomía, el museo está a la espera del decreto correspondiente, que se aplicará a partir del primer día de 1986. Conseguir restauradores especializados, formados en el mismo museo, aumentar la plantilla de vigilantes y cuidadores, decidir las nuevas adquisiciones y recibir directamente las donaciones de particulares son algunos de los primeros objetivos que se plantea el director del centro.

Desde que el Prado perdió su autonomía en 1968, la dirección del museo tenía que consultar y solicitar permiso para poner en marcha cualquier decisión, por mínima que ésta fuera. La necesidad de pintar una sala de paredes carcomidas o restaurar una obra como Las meninas tenía -y aún tiene- que seguir un largo camino de solicitudes por escrito hasta el punto de que muchos intentos de mejora se han perdido en los confusos vericuetos de la burocracia.La obsesión por la autonomía es tal que cuando se le pide a Alfonso Pérez Sánchez, director del museo, que imagine que dispone de todo lo que considere necesario para actuar y diga qué transformaciones haría en el museo para conseguir que éste fuera lo más perfecto que se le ocurra, recurre incansable al término autonomía. La carencia de capacidad decisoria ha sido tal que, una vez logrado el estatuto de autonomía, estarán ya en disposición de realizar todos los sueños posibles.

"El sello, la personalidad que alguien pueda imprimir a un museo sólo se puede ver cuando ese alguien tiene plenos poderes de actuación", dice Alfonso Pérez Sánchez, quien parece estar preparado para dejar su recuerdo personal en el Museo del Prado. "El museo de Berlín o la National Gallery de Londres tienen el sello inconfundible de sus patronos. Éste es para mí un objetivo fundamental".

La huella

Y ya dispuesto a dejar impresa su huella, Alfonso Pérez Sánchez dibuja lo que sería su infraestructura ideal de personal. Ahora trabajan con el mínimo dispositivo de vigilantes posible (de los 385 empleados del museo, 340 son celadores). "El mínimo se rompe", se lamenta el director, "en cuanto hay una epidemia de gripe o comienzan los turnos de vacaciones. Contando con las necesidades que tenemos para Villahermosa, pienso que, tirando por lo bajo, necesitaríamos incrementar la vigilancia en un 30%".

Y lo que Pérez Sánchez considera más importante: que los responsables del museo seleccionen ese personal: "Porque aquí hay mucha gente trabajando a disgusto, que están claramente desubicados y que nos han llegado procedentes de los Medios de Comunicación Social del Estado, donde estaban acostumbrados a otro ambiente y a otras funciones. Hay cantidad de gente que sería feliz trabajando dentro de estas paredes, y haremos lo posible para que puedan estar aquí".

La formación de especialistas dentro del propio museo es otro de los proyectos cuyo logro contribuiría a que Pérez Sánchez dejara su sello en el Prado. "Me parece muy importante habilitar vías para que gente capacitada se pueda formar entre las colecciones que albergan estas paredes. Es la mejor fórmula para contar con un equipo de restauradores con calidad que se puedan especializar por materiales o escuelas. Todos los grandes museos del mundo cuentan con un sistema de formación de este tipo. Actualmente, la mayor parte de los restauradores del Museo del Prado tienen contratos temporales. No hay una plantilla con personal fijo. Esta situación laboral provoca una atmósfera que a veces es demasiado turbia. Yo creo que 15 o 20 restauradores especializados serían el número ideal para esta pinacoteca".

Publicaciones

Estos especialistas a los que se refiere el director del museo serían los encargados de dar a conocer las grandes colecciones del Prado a través de publicaciones científi-

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Proyectos para el Museo del Prado

Viene de la página 31cas que hasta ahora sólo han aparecido de forma esporádica. "Hasta ahora, nosotros no hemos podido responsabilizarnos de nuestras propias obras. La autonomía nos permitirá seleccionar y controlar la calidad y el rigor de las publicaciones".

La edición de obras a cargo del museo incluirá las publicaciones didácticas -destinadas a las visitas de estudiantes- y las estrictamente turísticas, que suelen ser ediciones costosas en las que se incluyen fotografías con ilustraciones muy cuidadas.

Lo que más desea ver publicado a Alfonso Pérez Sánchez es el inventario completo y detallado del propio museo en el que se detalle la situación de las 9.000 pinturas y esculturas que integran su actual patrimonio. El inventario se publicará en tres entregas dedicadas a las colecciones reales, las piezas procedentes de la de samortización y las nuevas adquisiciones.

"Éste es uno de los pocos museos", afirma Pérez Sánchez "que, en contra de lo que se ha dicho, está en condiciones de informar del paradero exacto de cada una de sus pinturas o esculturas. Con un pequeño equipo, hemos realizado durante estos último años una labor casi policiaca si guiendo la pista de todas las pie zas y ya tenemos toda esa infor mación. El primer volumen se pia blicará dentro de tres o cuatro meses".

Difusión

Pese a que el Prado es la pinacote ca más visitada del país 1.800.000 personas al año) y que el número de visitantes españoles aumenta día a día, el director del Prado está empeñado en potenciar las actividades encaminadas a difundir el conocimiento del museo. Alicia Quintana, directora del gabinete didáctico -que está formado sólo por dos personas-, ha conseguido incrementar notablemente el número de visitas de centros escolares, de forma ordenada y organizada -cada día entran tres grupos de 75 estudiantes-, y establecer cursillos para profesores de EGB y BUP. El mismo gabinete es el organizador de la exposición itinerante titulada Invitación al Prado, integrada por carteles y grabados del museo, que ha recorrido las principales barriadas madrileñas y ciudades próximas a Madrid y que ha sido pedida por países como Guinea Ecuatorial, Andorra o Gabón.

Mientras llega la autonomía que dará vía libre a todos estos planes, Alfonso Pérez Sánchez hace ya los preparativos para entrar en los 20.000 metros cuadrados que el palacio de Villahermosa aportará a los 14.000 que posee en la actualidad del Museo del Prado. La entrada se pretende hacer hacia finales de año, coincidiendo con una exposición temporal que va a estar dedicada a la pintura napolitana y en la que está ahora trabajando casi en exclusiva el departamento de conservación de la pinacoteca madrileña.

Para lo que no hay planes inmediatos es para el antiguo salón de los Reinos, actual sede del Museo del Ejército, debido a que todavía no se ha encontrado un emplazamiento adecuado para este último.

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