Diario 16

La firma del acta de adhesión de España a las Comunidades Europeas es, sin duda, una decisión histórica en la vida de nuestro país. Una tradición secular de aislamiento, reforzada por las grandes hazañas ultramarinas, ha hecho de España -junto con Portugal, que también firma hoy su acta- un país europeo apartado, casi marginal; ni siquiera la proximidad cultural y las facilidades geográficas nos han permitido a portugueses y españoles evitar el vivir dándonos prácticamente la espalda. Quizá el primer éxito de la adhesión a la CEE sea el establecimiento, desde el próximo 1 de enero, de un área de libre comercio con nuestros vecinos ibéricos. Los derechos arancelarios se reducen a cero. ( ... )Los motivos políticos también han actuado como reactivo. El alejamiento político de España durante el régimen del general Franco, la urgencia de solventar con brillantez esa asignatura pendiente y los autoenredos del referéndum con la OTAN han ejercido una presión indudable por concluir las negociaciones, incluso a costa de dejarnos algún jirón ¡inportante en el proceso negociador.

El acuerdo firmado es un texto prácticamente desconocido de la opinión pública y, por supuesto, del propio Gobierno español. Su interpretación, por otro lado, tampoco es fácil, porque, como ha,dicho uno de nuestro-s más capaces negociadores, el tratado firmado por España no es una adhesión al régimen general comunitario, sino un sistema derogatorio del mismo. La interpretación de estas derogaciones exigirá una minuciosa exégesis y, sin duda, más de una discusión acalorada. (...)

12 de junio