Alí Agca dice ahora que a veces ha hecho acusaciones sin fundamento
Alí Agca, principal testigo en el proceso que se sigue en Roma para revelar las complicidades en el atentado de 1981 contra el Papa, volvió a sorprender ayer a quienes siguen el juicio, escasamente 24 horas después de lanzar la bomba sobre la intervención de la URSS en el atentado. "A veces, he dicho cosas infundadas", manifestó, poco antes de que se suspendiera la sesión. "No he sido un servidor de los servicios secretos; he seguido sólo la estrategia de dejar abiertos todos los caminos; he hablado primero de los Lobos Grises, en un segundo momento, de Bulgaria...".El proceso se reanuda esta mañana y es posible que Agca intente aclarar su ambigua declaración explicando si se refería a lo que acababa de decir el día anterior o a otras ocasiones.
Agca arremetió ayer, de nuevo, contra sus compañeros turcos de los Lobos Grises e hizo recaer gran parte de la responsabilidad de todo este caso sobre las espaldas de Omar Celebi, jefe de la organización ultraderechista turca en el extranjero, quien ayer se encontraba en su jaula de acusado.
Alí Agca, que ayer había asegurado que ya no quería seguir hablando de la llamada pista búlgara, al final cedió a la tentación y volvió sobre ella. Declaró que fueron los búlgaros de Roma quienes le prepararon el atentado de la plaza de San Pedro y quienes le metieron prisa para hacerlo porque, según Agca, en la Embajada búlgara en Roma habían sabido que los servicios secretos franceses y rumanos tenían noticias sobre la preparación del atentado y que, por ello, había que apresurarse en matar al Papa.
Manifestó también Agca que los búlgaros habían decidido matar a Lech Walesa con motivo de su estancia en Roma, en enero de 1981, para ser recibido por el Papa.
Alí Agca ya fue procesado por perjurio en este asunto tras haber declarado y después desmentido que tenía que haber sido él quien matara a Walesa. El turco sostuvo ayer que Walesa tenía que haber sido asesinado con una bomba colocada en la puerta de la Asociación de la Prensa Extranjera, accionada a distancia.
Habló también de otro proyectado atentado en Túnez contra el presidente Habib Burguiba, durante el encuentro con el primer ministro maltés, Dom Mintoff. El atentado, según Agca, lo organizó el funcionario de la Embajada búlgara en Roma Jelio Vassilev. Al parecer, todos los atentados organizados por los servicios secretos soviéticos y búlgaros, según Alí Agca, debían ser ejecutados por los Lobos Grises.,
Así, el llevado a cabo contra la sede de Radio Europa Libre en Múnich, en otoño de 1980, lo realizaron los Lobos Grises a instancias de los soviéticos de Sofía.
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