La manifestación contra el aborto

Me gustaría puntualizar la información que en el número correspondiente al pasado día 1 de junio se da en EL PAÍS sobre la manifestación celebrada en Madrid contra el aborto, y si no lo he hecho, antes ha sido porque esperaba ver publicadas réplicas de personas más representativas.Citan ustedes a un grupo de jóvenes que portaba banderas inconstitucionales y, según su información, dieron gritos pidiendo la excomunión de Su Majestad el Rey. Debió ser un grupo muy minoritario, porque muchos de los manifestantes no lo oímos, ni tampoco lo hubiésemos consentido.

Añaden que una de las frases más coreadas fue "Gobierno asesino", y pasan a enumerar algunas organizaciones políticas y religiosas. Pero dejan en el olvido al inmenso número de personas, que otros diarios cifran no en 20.000, sino en 100.000, que, sin pertenecer a ninguna determinada organización política o religiosa, defendimos el derecho a la vida de todo ser humano desde su concepción, basándonos sólo en los argumentos científicos que nos apoyan. Y que coreábamos frases que ustedes no han reseñado, como "Que cuenten, que cuenten, que somos más de 20". O como "si esto no es pueblo, ¿qué es?". Tampoco citan alguno de los argumentos esgrimidos por la doctora Voltes, como que la medicina no debe matar en caso de embarazo a ningún ser, sino intentar salvar la vida de los dos; o que no se debe matar a un niño por razones "eugenésicas" por no cumplir unos controles de calidad que la sociedad exige; o como la ilicitud de aplicar la pena de muerte a un ser no nacido por la violación que hizo su padre; no reseñan tampoco que, en su intervención, la presidenta de Jóvenes Pro Vida se refirió a la necesidad de que el electorado conociera claramente qué partidos y qué políticos defienden la vida desde su concepción; a los horrendos intereses de quienes quieren comerciar con los cuerpecitos de niños abortados y a la necesidad de que la televisión, que sufragamos todos los españoles, de una información cierta y veraz sobre este tema.

Naturalmente, es difícil esperar eso de una entidad que ha depurado a un profesional de la talla de José Mª. Íñigo, pero yo creo que un diario como EL PAÍS bien puede acoger estas líneas.-