La privatización de Entursa y Marsans divide al Gobierno en dos bloques
La privatización de la Empresa Nacional de Turismo (Entursa) y de la agencia de viajes Marsans se está enfrentando a graves problemas políticos y jurídicos. Tras dos reuniones de la Comisión Delegada para Asuntos Económicos en las que no se alcanzó una postura conjunta, se ha convocado una reunión especial entre distintos ministerios, a celebrar en fechas próximas, para tratar de lograr una posición oficial conjunta.
La postura contraria a la venta de las empresas Entursa y Marsans, defendida por el Ministerio de Transportes, Turismo y Comunicaciones, respaldada por Sanidad y Agricultura y que coincide sustancialmente con un informe elaborado a primeros de año por Presidencia de Gobierno, está bloqueando la venta al sector privado de las empresas del Instituto Nacional de Industria (INI). Presidencia del Gobierno afirmaba en su informe que "debe mantenerse a ambas empresas en el sector público, desvinculándolas de un holding industrial y adscribiéndolas al Instituto de Promoción del Turismo (Inprotur)".Esta aspiración, compartida por Turismo, no se estaba tomando en cuenta por el Ministerio de Industria, respaldado en parte por Economía, que prácticamente había decidido aconsejar ya favorablemente la oferta presentada por la cadena española Husa y la italiana Ciga -suponía el desembolso de 7.400 millones de pesetas y dejaba fuera los hostales de San Marcos, de los Reyes Católicos y de la Muralla de Ceuta- para comprar Entursa. Respecto a Marsans, la decisión de venta es igualmente firme, barajándose, entre otras ofertas, la de las empresas españolas Juliá y Trapsatur.
La diferencia de criterios, que ha dividido al Gobierno, ha forzado la realización de una reunión ministerial restringida que permita desbloquear la operación.
El Ministerio de Industria y Energía defiende que la permanencia en el INI de la cadena hotelera Entursa y la agencia de viajes Marsans no tiene sentido, por cuanto no las considera empresas estratégicas. Transportes, Turismo y Comunicaciones, sumamente molesto por no haber sido oficialmente informado de los pasos que se están dando para su privatización, es partidario de mantener Entursa y Marsans en el sector público, ligados al futuro Inprotur, de modo que el Estado pueda hacer una oferta de calidad en el sector turístico, al que considera estratégico.
Saneamiento público
Para los que se oponen a la privatización hay otra serie de razones que justificarían la permanencia de Entursa y Marsans en el sector público. Por una parte, en la cadena de establecimientos de Entursa hay varios edificios de singular valor arquitectónico. Por otra, el Estado ha invertido en los dos últimos ejercicios más de 10.000 millones de pesetas en sanear las dos sociedades (Entursa arrojó 210 millones de pesetas de beneficios en el pasado año, y Marsans ha reducido sus pérdidas de 3.350 millones en 1982 a 250 millones el pasado año). Sin olvidar que la privatización de las dos sociedades dejaría sin sentido al futuro Inprotur y abriría una dura polémica con los Gobiernos autónomos que reclaman el traspaso de competencias de la red de paradores nacionales.Por su parte, UGT se ha lanzado ya a una campaña abierta de oposición a esta medida, que se concretará en concentraciones en los centros de trabajo y encierros todos los martes en las sedes de las delegaciones provinciales de Industria de todas las provincias.
En el aspecto jurídico hay igualmente problemas serios. El primero afecta al nombre. Habría que cambiarlo, ya que el concepto nacional no podría ser transferido a terceros, aunque si la marca Entursa, registrada como tal. En los casos de los hoteles Jerez, Iberia y Gran Hotel Sarriá no habría ningún tipo de problema, pues edificios y terrenos son propiedad de Entursa.
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