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Campsa, Butano y las empresas de refino firmarán el día 12 un nuevo compromiso para la reordenación del sector

Los presidentes de las refinerías, junto al de Butano y el de Campsa, firmárán el próximo día 12 un nuevo documento que fijará los principios básicos para el desarrollo del protocolo para la reordenación del sector petrolero, ratificado en el mes de julio de 1983. La firma del documento coincidirá con la creación formal de la nueva Campsa, sociedad de distribución de productos petrolíferos en la que participarán las empresas de rerino, cuyo principal objetivo es preparar al sector para la próxima integración en la CEE.

La elaboración del nuevo documento, del que existe un borrador casi definitivo, ha sido objeto de negociaciones durante las últimas semanas entre el presidente del INH, Óscar Fanjul; el de Campsa, José Luis Díaz Fernández, y representantes de las refinerías (EMP-Petroliber, Cepsa, Petromed, Petronor y ERT). La firma estaba pendiente tan sólo de una reunión última que cerrará al más alto nivel algunos capítulos previamente elaborados por grupos de trabajo, en los que ha participado también la Asociación de Empresas de Refino (Aserpetrol). Con anterioridad a la firma está previsto que el Ministerio de Industria y Energía publique en el Boletín Oficial del Estado una orden ministerial que fije los criterios jurídicos de las participaciones de las refinerías en la denominada nueva Campsa. En esa orden se incluye el mandato del Consejo de Ministros que aprobó la creación de la nueva Campsa para que los firmantes del protocolo de 1983 lleguen a un acuerdo para su desarrollo en aquellos puntos que no quedaron cerrados en el texto.

En concreto, los puntos más destacados abordados por el nuevo documento hacen referencia al abanderamiento de las estaciones de servicio una vez constituida la nueva Campsa, la transferencia de acciones de la nueva sociedad, el tratamiento por Campsa de las importaciones pactadas con la CEE y un último relativo a las funciones de prospección de la futura compañía. Sobre estas cuestiones ya se había producido una solicitud de clarificación por parte del Consejo de Ministros que aprobó la operación de la nueva Campsa.

En la primera cuestión, el compromiso alcanzado respeta la idea del abanderamiento único, previsto en el protocolo, pero permite lo que se ha venido en llamar los subabanderamientos; es decir, la existencia de varias marcas que la propia Campsa pueda desarrollar o la aceptación de las ya existentes. Es decir, se abre la posibilidad a que la propia Campsa coloque en las estaciones de venta marcas tales como EMP, CEPSA o Ertoil, de forma que estas empresas puedan utilizar esta plataforma para la venta de sus lubricantes. Esta política quedará supeditada, sin embargo, a la política comercial de Campsa, una vez ésta haya sido establecida.

Derecho de explotación

Vinculado con este tema, las empresas de refino se comprometen a adoptar las medidas y "actos necesarios para ceder a Campsa o filiales la titularidad de las estaciones de servicio que se encuentren a su propio nombre o de sus filiales, en las condiciones previstas en el protocolo". No obstante, la empresa cedente se reserva el derecho a explotar "en régimen de gestión o arrendamiento en las condiciones usuales de Campsa".Asimismo, en el nuevo documento Campsa asume la función del suministro de carburantes a las estaciones de servicio que ya han firmado acuerdos de exclusividad con algunas empresas de refino en los que éstas se comprometían a dar una comisión por las ventas de productos suministrados por la refinería. Quedan excluidos de este acuerdo los productos distintos a los carburantes y combustibles.

El documento preparado aborda también otros dos puntos polémicos que habían quedado sueltos, en opinión de los firmantes, dentro del protocolo. Sobre la labor de prospección, el INH había planteado el riesgo implícito de que se crearan recursos ociosos, y se duplicaran instrumentos materiales a tal efecto.

En el documento se fija una política de intenciones a este respecto, aunque se obvia el compromiso establecido en el protocolo de que la nueva Campsa destine el 15% de sus beneficios a este fin. El acuerdo emplaza a Campsa a determinar "en el más breve plazo posible la forma y condiciones" de esta actividad para la que, según algunas fuentes, se han apuntado ya varias alternativas. Tal es el caso del establecimiento de un mecanismo de asociación de Campsa con Enipesa-Hispanoil, o un segundo para que esta labor se haga por la vía de participaciones de Campsa en los distintos permisos, pero sin llegar a tener que invertir ' en un primer momento en una infraestructura de operación. Un último problema no abordado directamente por el nuevo acuerdo se refiere a la fórmula de precios ex refinería que, según fuentes consultadas, se solventará mediante la publicación por el Ministerio de Industria del nuevo mecanismo de liquidación, basado en costes estándares.

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