_
_
_
_
Reportaje:

Los aliados europeos piden a EE UU que respete el SALT II

Soledad Gallego-Díaz

Los aliados europeo, que iniciaron ayer en Estoril (Portugal) la reunión de primavera de la OTAN, han pedido unánimemente a Estados Unidos que no viole ni denuncie el tratado de limitación de armas nucleares estratégicas SALT II. El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, ha desistido de volver a Washington con un comunicado oficial en el que se apoye explícitamente la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI), ante la imposibilidad de encontrar un texto que pudieran apoyar Francia y otros países críticos respecto a la guerra de las galaxias.

Más información
El Senado solicita a Reagan que siga cumpliendo el tratado

La reunión se inició con un discurso del ministro de Asuntos Exteriores de la República Federal de Alemania (RFA), Hans Dietrich Genscher, que ocupa la presidencia de honor de la Alianza. Genscher hizo las delicias de los franceses porque les dio las gracias públicamente por el apoyo que habían prestado al despliegue de los euromisiles, "sostén", dijo, "que fue de una gran importancia".El ministro alemán occidental recordó que el eje París-Bonn es fundamental para la existencia de una Europa fuerte y unida, y subrayó que la solidez del pilar europeo de la Alianza Atlántica es tan importante como la del pilar norteamericano. "Cuanto más coherentes seamos nosotros", añadió, "tanto más coherente será la Alianza en su conjunto". Genscher afirmó: "Europa no puede salvaguardar su libertad sin Estados Unidos, como Estados Unidos defiende también su libertad en nuestro continente".

El jefe de la diplomacia de la RFA resaltó que el Consejo de Ministros se celebraba en un momento decisivo para la Alianza Atlántica, cuando se han iniciado las conversaciones de Ginebra entre EE UU y la URSS y cuando se plantean problemas estratégicos de gran importancia, como la guerra de las galaxias o el futuro de las relaciones EsteOeste, "ternas", dijo, "que exigen una respuesta común por nuestra parte". Genscher expresó su preocupación por los intentos de sembrar la discordia entre europeos y norteamericanos o entre los propios europeos, y señaló que el objetivo fundamental de unos y otros debía ser lograr una evolución favorable y estable de las relaciones Este-Oeste.

El ministro alemán occidental fue meridianamente claro respecto al tema de las SALT Il y del tratado ABM sobre limitación y control de sistemas balísticos defensivos. "Ambos deben ser respetados", dijo, porque son un elemento importante en la estabilidad y determinarán el futuro de las negociaciones de Ginebra, así como de las relaciones Este-Oeste en general.

El ministro insistió en la necesidad de enviar un mensaje de firmeza y paz a la URSS y volvió a pedir que los actos conmemorativos del décimo aniversario del Acta de Helsinki se celebren al máximo nivel político.

Los debates se iniciaron poco después, a puerta cerrada y en sesión superrestringida, es decir, únicamente con presencia de los 16 ministros de Exteriores y los embajadores permanentes en la OTAN. Shultz, que había mantenido una entrevista bilateral con su homólogo Roland Dumas, sabía ya que Francia no estaba dispuesta a aceptar ninguno de los tres textos que proponía Washington sobre la guerra de las galaxias.

'Desactivar la espoleta'

Dumas señaló que sólo firmaría una declaración en la que se hablara genéricamente de investigación, pero sin tan siquiera especificar si se trataba de investigación sobre armas ofensivas o defensivas.Ante la negativa francesa, el secretario de Estado optó por rebajar el tono de su discurso en la sesión restringida y conformarse con un párrafo general, en el comunicado final, en el que se apoye la postura de EE UU en Ginebra.

El clima de la reunión de Estoril, según portavoces europeos y norteamericanos, fue fluido, pese a las divergencias, porque todos los oradores estaban de acuerdo en desactivar la espoleta de la SDI y esforzarse para que deje de ser una polémica pública.

El segundo punto del orden del día, el futuro de los acuerdos SALT II, que teóricamente caducan a finales de año, provocó también un amplio debate, pero siempre en términos relajados.

Shultz explicó la postura de Washington, según la cual la Unión Soviética ha violado reiteradamente los acuerdos sobre armas estratégicas y sistemas balísticos, pero añadió que el presidente Ronald Reagan no ha adoptado todavía una decisión al respecto y que trasladaría la opinión de los aliados. El Gobierno norteamericano, insistió Shultz, quiere consultar a sus amigos y pesar cuidadosamente los pro y los contra de su decisión.

Portavoces europeos resaltaron que el secretario de Estado norteamericano pareció siempre poco entusiasta ante la idea de la denuncia de los SALT II. "En el fondo, los aliados le hemos dado argumentos para que defienda en Washington su propia postura frente a la del Pentágono y los halcones", comentó un diplomático europeo.

Según dichas fuentes, lo más probable es que Estados Unidos opte por no denunciar el tratado, pero quizá busque un cierto reequilibrio a la vista de las infracciones soviéticas, postura que inquieta también a sus aliados, porque puede dar origen a una dinámica peligrosa.

Los ministros, que se dedicarán hoy a la redacción del comunicado final y a celebrar entrevistas bilaterales pasaron también revista a la situación interna en la URSS.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_