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Vancouver se convertirá el año próximo en el escaparate mundial de las tecnologías del año 2000

Vancouver, la pequeña gran ciudad de la costa canadiense del Pacífico, se va a convertir el año próximo en el mayor escaparate mundial de todos los tiempos en materia de transportes y comunicaciones, y en el más importante foro de discusión internacional sobre las tecnologías del año 2000 en estos campos. Más de 40 naciones de los cinco continentes, entre las que se encuentran todas las grandes potencias y una treintena larga de grandes corporaciones industriales, han confirmado ya su participación al más alto nivel en la Expo 86.

España, que tenía un precontrato firmado para participar en esta feria, rescindió hace unas semanas el mismo en el marco de un consejo de ministros en el que se aprobó la supresión de distintos proyectos con la finalidad de reducir el gasto público. La noticia de esta renuncia española llegó a Vancuver en medio de los actos de presentación a la Prensa mundial de las instalaciones y características de la citada feria, en presencia de cerca de 500 periodistas de todo el mundo. El Gobierno de Columbia Británica, provincia a la que pertenece Vancuver, los representantes del Gobierno central canadiense, y los ejecutivos de la Expo decidieron no hacer pública la defección española, y nuestra bandera continuó presente en los distintos actos.No obstante, la ministra de Ciencia y Tecnología del Gobierno regional y un alto cargo del Gobierno central comunicaron a este periódico, en presencia del cónsul español en Vancuver, la sorpresa y el malestar que les había producido la renuncia española. Manifestaron que estaban dispuestos a desplazarse a Madrid para intentar que el Gobierno español reconsiderara su decisión, e insinuaron que la participación de Canadá en la Expo de Sevilla de 1992 habría que estudiarla a la vista de estos acontecimientos.

Ausencia de España

Un portavoz del Ministerio español de Transporte, Turismo y Comunicaciones, consultado sobre esta renuncia, confirmó la decisión del Consejo de Ministros, que se produjo a propuesta del titular de Economía y Hacienda, Miguel Boyer, y en contra de la opinión del ministro Enrique Barón. Era importante que España no estuviera ausente de este acontecimiento mundial, según el citado portavoz, y no era muy costoso (el pabellón no llegaba a los 40 millones de pesetas).

Esta muestra mundial va a ser visitada por 13 millones de personas, según las primeras estimaciones, de las que casi una tercera parte procederá de Estados Unidos (Vancuver se encuentra a sólo 48 kilómetros de la frontera norteamericana). Los pabellones más grandes en la Expo corresponden a la Unión Soviética y Estados Unidos (que además de la representación del Gobierno federal cuenta con pabellones independientes de los Estados de Washington y Oregón), que son también, junto con Japón y la República Popular de China, los que suscitan mayor curiosidad por la tecnología aeroespacial, satélites de comunicaciones y tecnologías para transporte terrestre a altas velocidades y con escaso coste energético.

Junto a estos países concurre gran número de países latinoamericanos, casi todos los europeos (tanto occidentales como orientales), Australia y varios países de Asia y África.

Por otra parte, Michael Bartlett, presidente de Expo 86, ha presentado su dimisión tras las críticas recibidas por los elevados gastos suntuarios de la organización de la muestra mundial. El presupuesto inicial de Expo, estimado en 282 millones de dólares canadienses (unos 36.378 millones de pesetas), se ha disparado hasta los 1.500 millones de dólares canadienses (unos 193.500 millones de pesetas).

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