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Juicio a puerta cerrada contra el presunto asesino de un capellán castrense

El juicio contra el soldado Ignacio de Loyola Gómez Reimínguez, presunto autor del asesinato del capellán castrense Jesús Fernández Soto, se celebró en la Audiencia Provincial de Sevilla el pasado lunes, a puerta cerrada, a petición de la acusación particular, según informó el abogado de la defensa. El acusado, según su abogado, mantenía supuestamente relaciones sexuales con la víctima.El fiscal y el abogado defensor, Celso Sosa Alamo, habían solicitado que la vista fuese pública, amparándose éste último en el artículo 117 de la Constitución, que se refiere a que "la justicia emana del pueblo". Al Juicio habían acudido familiares, abogados y otras personas interesadas en asistir a las sesiones.

Protesta

El defensor presentó una protesta ante el tribunal por la negativa a que declararan tres testigos -un periodista, el coronel director del hospital militar y un funcionario de prisiones- que el defensor consideraba importantes. La protesta es un requisito indispensable para poder presentar recurso de casación ante el Tribunal Supremo por "quebrantamiento de forma".Los hechos ocurrieron a las cuatro de la madrugada del día 21 de febrero de 1983, cuando los vecinos de un inmueble situado en la barriada sevillana de Bellavista escucharon un gran griterío y alertaron a los bomberos.

Estos hallaron en su.domícilio el cadáver del sacerdote Jesús Fernández Soto, capellán castrense con grado de capitán, destinado en el Regimiento Ligero Acorazado Sagunto 7. El piso estaba incendiado y el muerto tenía heridas de arma blanca y partes de su cuerpo quemadas. La policía investigó entre reclutas y soldados de las guarniciones de Sevilla ante testimonios de los vecinos, que indicaban que el capellán recibía asiduamente a jóvenes.

Tres días después detuvo a un soldado del parque de artillería de Cuatro Vientos, Ignacio Gómez Reimínguez. El acusado se confesó culpable en sus primeras declaraciones, y también lo reconoció en el curso de un programa radiofánico. Posteriormente envió un escrito ante el juez desmintiendo sus anteriores declaraciones.

En la vista celebrada el pasado lunes a puerta cerrada, el acusado negó la autoría de los hechos. Declaró "tener miedo" y haber recibido amenazas de muerte. El fiscal solicitó un total de 45 años de prisión, y la defensa la absolución o, "en el hipotético caso de que se le declarase culpable", la aplicacion de las atenuantes de psicopatía y arrebato u obcecación. En el momento de producirse los hechos, Gómez Reimínguez estaba "excluído temporal" en base a un informe que señalaba que padecía "neurosis de carácter". La sentencia de conocerá este fin de semana.

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