La guerra causa fricciones políticas y purgas en Irak
El régimen iraquí atraviesa dificultades derivadas de los efectos de la continuación de su guerra con Irán y de las discrepancias surgidas en torno a su conducción. Dentro del Partido Baas se han producido nuevas depuraciones por este motivo. La situación económica y financiera se ha deteriorado por la reducción de las exportaciones de crudo, forzada por la contienda, que ha consumido ya 40.000 millones de dólares. El bastidor financiero con el cual contaba Irak se resiente.
El régimen de Bagdad atribuye estas dificultades a la guerra y a la necesidad de proseguirla para hacer que Irán acepte negociar la paz.La centralización política de las decisiones causa fricciones entre los cuadros y la cúpula del Partido Baas y el Comando de la Revolución, ambos en manos de Saddam Hussein. Fuentes británicas aseguran que dos altos responsables del Partido Baas (Shafir Kamali, responsable de propaganda del partido, y Naji Hanna, jefe de la organización en un importante distrito de Bagdad) han sido eliminados.
Por otra parte, en la zona comprendida entre Arbil y Dhuk, en el Kurdistán, guerrilleros afectos al Frente Nacional Democrático, formado por el partido comunista, demócratas kurdos y otras organizaciones menores, dominan zonas montañosas y hostigan a las fuerzas del régimen, según fuentes de la oposición.
Cada reanudación de la guerra que Irak protagoniza hace cundir más entre el Estado Mayor iraquí el temor a que Bagdad, a sólo 110 kilómetros de distancia de la artillería iraní, el puerto de Basora y Kirkuk, pulmón petrolero de Irak, puedan ser destruidas por Irán. Los masivos bombardeos contra áreas iraníes, principalmente civiles, y la extensión de los ataques al Golfo ponen en peligro las exportaciones de todos los países ribereños. Ello ha erosionado los apoyos diplomáticos de Irak en la zona. En Irak, la moneda se ha devaluado de manera importante y a las empresas extranjeras para operar allí se les exije que se autofinancien.
