El PS Italiano amenaza con una crisis en el Ejecutivo si pierde el referéndum salarial

El Partido Socialista Italiano (PSI) ha amenazado con provocar una crisis de Gobierno e Incluso con la disolución del Parlamento si pierde el referéndum, convocado para el próximo día 9, sobre el sistema de revalorización automática de los salarios con arreglo al coste de la vida, conocido como escala móvil. Los comunistas se oponen a que se rebaje en cuatro puntos el sistema actual, y piden el sí como respaldo a su oposición a la reforma que pretende introducir el Gobierno.El primer ministro, Bettino Craxi, que habló ayer como secretario socialista, afirmó rotundamente que éste es un referéndum estrictamente "político" y que los ciudadanos tendrán de nuevo que decidir entre la gobernabilidad o el caos. Los socialistas entenderían una victoria del sí como una derrota del Gobierno en una materia tan delicada como la programación económica.

Los cinco partidos del Gobierno han anunciado ya su voto negativo al referéndum, pero no todos piensan en una catástrofe política si vence el sí. No ha gustado, por ejemplo, a la Democracia Cristiana el que los socialistas hayan anunciado una crisis gubernamental en el caso de un voto contrario a la tesis del Gobierno.

Por su parte, el Partido Comunista Italiano (PCI) ha considerado las amenazas de los socialistas como puro "terrorismo político". Para los comunistas el referéndum se hace exclusivamente contra un decreto que recortó el sueldo a los trabajadores contra la voluntad de una parte de los sindicatos. Con motivo del referéndum, los trabajadores, según el PCI, deberán dar un juicio global sobre la política económica de este Gobierno. Mientras tanto se van multiplicando las adhesiones públicas al sí y al no de cientos de intelectuales que firman por una u otra solución.

Por otra parte, la presidenta de la Cámara de Diputados, la comunista Nilde Lotti, y el presidente del Senado, el democristiano Francesco Cossiga, anunciaron ayer que el próximo día 24 las dos Cámaras llevarán a cabo la primera votación para la elección del jefe del Estado que sustituya a Sandro Pertini. Si nunca ha sido fácil en Italia la elección del-jefe del Estado, esta vez será aun más peliaguda por la dificultad de buscar un sustituto al popular Pertini.